¿ES SEGURO BEBER UNA COPA DE VINO AL DÍA DESPUÉS DEL SEGUNDO TRIMESTRE DE GESTACIÓN?

En un artículo publicado ayer en El País Semanal se menciona un dato sobre la inocuidad del consumo de una copa de vino al día a partir del segundo trimestre de gestación, que ha suscitado una gran alarma en expertos y asociaciones de familias afectadas por el Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal, a la que nos sumamos desde Tolerancia Cero.

Según la Organización Mundial de la Salud, un consumo esporádico de alcohol, como una o dos bebidas a la semana y que no signifique más de 20-30 gramos de etanol al día, no tiene clara su inocuidad, de ahí que desde el organismo internacional se recomiende consumo cero de alcohol durante la gestación. En cambio, en el artículo se asegura que una copa de vino diario es un consumo inocuo.

La afirmación de Emily Oster en su libro “Expecting Better” y que se menciona en el artículo, contradice los criterios de la OMS, según los cuales podría provocar en el feto déficit cognitivo leve, alteración del comportamiento o alteración del crecimiento. Por lo tanto no se trataría de un consumo seguro, como ella afirma.

Es cierto que esto no ocurre en todos los casos porque hay otros factores en juego que podrían influir en la vulnerabilidad de un feto a los efectos teratogénicos del alcohol, como la variabilidad en los antecedentes metabólicos y genéticos tanto de la madre como del feto, las influencias medioambientales, el tabaquismo materno, el estado nutricional, los niveles de estrés, y posiblemente el estilo de vida paterno. Ante esta incertidumbre lo aconsejable es el consumo cero, ya que no se ha podido establecer una cantidad mínima que no suponga riesgo. Decir lo contrario, como hace Emily Oster, y refleja el artículo de El País Semanal, es jugar a la ruleta rusa con el futuro del bebé en gestación.

Oster plantea que a partir del segundo trimestre no hay peligro. Veamos que ocurre en ese periodo y hasta el momento del parto.

Cada parte del cuerpo del futuro bebé se forma en un cierto momento del embarazo. Durante ese tiempo, ese órgano o esa parte del cuerpo, es especialmente sensible al daño causado por cualquier sustancia tóxica. Ese momento se denomina “período crítico para el desarrollo” de esa parte del cuerpo. Una vez que esa parte se ha formado no hay riesgo de desarrollar grandes malformaciones congénitas, pero todavía hay riesgo de que pueda afectar a su crecimiento y a su función.

Las barras rosas del cuadro muestran cuando cada parte es más sensible a las exposiciones dañinas y al riesgo de importantes malformaciones congénitas. Se clasifican como “mayores” si causan problemas médicos significativos y necesitan la cirugía u otro tratamiento para reparar. Defectos cardíacos, espina bífida y malformaciones congénitas de los pies son ejemplos de defectos “mayores”.

Las barras verdes muestran cuando las partes del cuerpo tienen riesgo de desarrollar malformaciones congénitas menores y defectos funcionales.

Las malformaciones congénitas mayores y menores provocan cambios físicos, estructurales. Sin embargo, en el caso de los defectos “funcionales” no cambia su estructura física pero sí su funcionamiento. La discapacidad intelectual es un claro ejemplo de defecto funcional que puede ocurrir también a lo largo del tercer trimestre como consecuencia del “consumo social” del que habla Emily Oster. Es decir, no hay ninguna cantidad mínima de consumo de alcohol que se pueda considerar segura en el embarazo.

Muchas mujeres reducen o suprimen el consumo de alcohol durante la gestación, pero se estima que entre un 25%-50% de las mujeres embarazadas en la Unión Europea continúan consumiendo durante este periodo. En España, un estudio reciente indica que el 40,7% de mujeres embarazadas toma alcohol el primer mes de gestación y el 17,1% sigue tomando alcohol los tres últimos meses.

Según algunos cálculos el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF), que es la secuela más grave del consumo de alcohol durante el embarazo puede afectar a 2 de cada 1.000 recién nacidos vivos en España, pero los Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), la afectación más leve del trastorno, que cursa con síntomas de déficit de atención, dificultades de aprendizaje, hiperactividad  y alteraciones del comportamiento, que suele estar asociado a fracaso escolar e inicio precoz del consumo excesivo de alcohol, pueden afectar a una población 10 veces mayor.

Por tanto, no se trata de un problema de unos pocos, sino de la sociedad en general. El Síndrome Alcohólico Fetal, que es la secuela más grave del consumo de alcohol durante el embarazo se ha convertido en la Unión Europea en la segunda causa de discapacidad intelectual y de trastornos del neurodesarrollo tras el síndrome de Down, siendo la única causa cien por cien evitable.

El consumo de alcohol por mujeres ha ido en aumento a la par que el desarrollo económico y los cambios en los roles de género, pero también a causa de otros factores como la publicidad dirigida a las mujeres, el aumento de la disponibilidad y accesibilidad de las bebidas alcohólicas y el incremento de la aceptabilidad social del consumo de alcohol por mujeres. En España, según las estadísticas, las mujeres que más alcohol consumen son aquellas que tienen estudios superiores.

Es decir, no hay ninguna cantidad mínima de consumo de alcohol que se pueda considerar segura en el embarazo, por lo que la afirmación de Emily Oster, reproducida en el artículo, puede suponer un grave riesgo para el bebé. Es especialmente grave que no se contraste dicha opinión con las recomendaciones de organismos oficiales como  la Organización Mundial de la Salud, en cuanto a que el consumo cero es la única medida segura para el feto.

¿Hasta qué punto la información que ofrece un medio de comunicación se debe ofrecer sin ningún tipo de contraste, especialmente cuando esa desinformación puede provocar un trastorno que no tiene cura y cuyas secuelas son de por vida?

Marga Muñiz Aguilar

Presidenta de Tolerancia Cero

marga@toleranciacero.org.es

 

 

 

 

 

 

 

 

CÓMO ENSEÑAR A MANEJAR EL DINERO A ADOLESCENTES CON TEAF

Manejar el dinero es complicado y  aún lo es más para personas con TEAF. El dinero es un concepto abstracto y las personas con TEAF tienen dificultades para manejar estos conceptos.A un adolescente o un joven con TEAF le cuesta saber si pagar 20€ por una hamburguesa o por un jersey es un buen precio. Para ellos entender, además, que una cantidad de dinero tiene que durar una cantidad de tiempo, igualmente les resulta difícil de entender.

Los adolescentes y jóvenes con TEAF generalmente “viven el momento” y eso significa que cuando quieren algo no piensan en errores pasados ni entienden futuras consecuencias de sus actos.
La familia necesita tener paciencia y explicarles una y otra vez cómo gastar el dinero de una manera adecuada, enseñarle cuánto vale algo realmente valioso, qué pasa si no pagas la factura del móvil, por qué es bueno ahorrar dinero, cómo no meterse en deudas o cómo salir de ellas, etc. Si estas cuestiones son comunes a cualquier adolescente, aquellos que tienen TEAF necesitan más tiempo y tienen más dificultad para entenderlas que sus iguales que no sufren este trastorno.

Os mostramos algunas estrategias:

1.- Enséñale a manejar el dinero en situaciones reales: Para ayudarle a entender el valor del dinero ve con él/ella a hacer la compra y dale una pequeña lista de cosas que hay que comprar y dale una cantidad de dinero para comprarlas. Por ejemplo, 20€. Dile que vaya añadiendo en una calculadora el precio de cada cosa que pone en el carro. Ayúdale a elegir alimentos saludables que entran dentro de su presupuesto.

 

2.- Enseña a tu hijo/a adolescente a tener una libreta donde apuntar los gastos que hace, junto con un sobre donde guardar los recibos de las cosas que compra. Intenta crearle el hábito de anotarlo todo en la libreta y escribir el saldo que tiene en cada momento. Es importante mantener la libreta siempre en el mismo sitio. Enseñarle a tener a un miembro de la familia o un amigo de confianza que le ayude con esta tarea.

 

3.- No le des grandes cantidades de dinero para que las gaste por su cuenta. Si recibe dinero en Navidad o en sus cumpleaños ayúdale a gastarlo de manera inteligente. Si quiere comprar algo que es caro, como un móvil nuevo, que primero lo guarde en su cuenta del banco durante un mes, o si no la tiene, en su hucha. Esto le dará tiempo para pensar un poco si quiere gastar un montón de dinero en ese artículo. Alábale cuando tome buenas decisiones.

4.- Haz que gaste parte del dinero que recibe en cosas que quiere o que necesita. Esto le ayudará a entender que la ropa, la comida, etc. cuesta dinero.

5.- Haz que tu hijo/a adolescente pague por si mismo la factura de su móvil o alguna suscripción que quiera hacer. Cuando venga la factura a su nombre ayúdale a leer la factura y ver qué cantidad de dinero debe pagarse y en qué fecha debe hacerse.

6.- Enséñale a tu hijo/a adolescente habilidades como usar máquinas expendedoras que funcionan con monedas, como un billete de metro, o comprar una botella de agua, pagar un billete de autobús, etc.

7.- Enséñale cómo, si no devuelve a tiempo artículos que alquile, cada día de retraso le harán un cargo en su cuenta.

8.- Enséñale que es más barato gastar 80€ en comida para dos semanas que gastar 5€ cada día comiendo fuera de casa.

9. No tengas objetos de valor a su alcance. Puede venderlos o empeñarlos para conseguir dinero sin que alcance a entender el valor sentimental o material de dicho objeto.

10.- Dale el dinero cada semana y no cada mes.

11.- Enséñale que apostar, jugar al bingo o jugar a la máquinas no te hace rico, sino todo lo contrario, te hace pobre. Quien se hace rico con tu dinero son los casinos y salas de juego.

12.- No le hagas regalos de mucho valor. Los puede vender o empeñarlos para conseguir dinero en efectivo y después olvidarse de recuperarlo.

13. Enséñale a tener precaución cuando le piden dinero prestado. Establece la norma de que tiene que consultar antes de hacerlo.

14. En vez de darle dinero en metálico puedes también enseñarle a usar una tarjeta de prepago recargable que muchos bancos tienen para jóvenes y adolescentes. Estas tarjetas están pensadas para que la familia pueda dar más autonomía a los hijos, pero bajo su control, ya que sólo pueden gastar el saldo que recargues y, además, recibes un sms informativo por cada operación que se haga con el saldo disponible.

15. Analiza con él/ella los gastos que ha realizado con la tarjeta y ayúdale a tomar conciencia de los gastos superfluos o innecesarios que ha realizado, pero sin reproches, solamente con la intención de que aprenda a gestionar el uso del dinero.

Es importante, en ésta como en otras áreas de la vida de un adolescente o joven con TEAF, darle la libertad de cometer pequeños errores. Todos aprendemos de los errores y ellos necesitan cometer más errores que los demás antes de que realmente entiendan y recuerden la forma correcta de hacer las cosas.

El reproche o el enfado solamente les mina la autoestima, pero no les ayuda a hacer las cosas mejor, sino todo lo contrario. La frustración que sienten cuando cometen errores una y otra vez, cuando no alcanzan las expectativas de sus familias o perciben la idea de que no hacen nada bien, lo único que les provoca es estrés, ansiedad y agresividad. Se trata de entrenarles para que aprendan a gestionar sus vidas y no recriminarles por no saber hacerlo, algo que es fruto de la discapacidad que, en mayor o menor grado sufren, y de la que ellos no son responsables.

Marga Muñiz Aguilar