¿SE PUEDE APRENDER SIN UNOS BUENOS CIMIENTOS?

Si bien es cierto que no todos los niños y niñas adoptados tienen problemas escolares, hay ciertos factores de riesgo que hay que tener en cuenta en relación a este colectivo. En esta ocasión vamos a mencionar dos de los más frecuentes: la desnutrición y la escolarización tardía.

Gracias a los avances en Neuropsicología hoy sabemos que la desnutrición pre y postnatal puede ser considerada un factor de riesgo y un predictor de bajo rendimiento escolar, ya que en esas etapas una nutrición adecuada es fundamental para el desarrollo cerebral. Sin embargo es uno de los factores que menos se tiene en cuenta a la hora de buscar las causas del bajo rendimiento escolar de muchos niños procedentes de adopción internacional.

En un estudio comparativo realizado en Chile entre dos grupos de escolares con y sin desnutrición en el primer año de vida, los resultados mostraron que los escolares que sufrieron desnutrición tenían un coeficiente intelectual 25 más bajo y su rendimiento escolar equivalente a la tercera parte del que presentaron los escolares no desnutridos.

Las mejoras en la nutrición después de los dos años, no siempre supone una recuperación del potencial perdido. Según un estudio realizado con niños coreanos adoptados por familias americanas, aquellos que habían sido adoptados antes de los dos años mostraban comparativamente mejores puntuaciones en pruebas cognitivas que los niños adoptados más tardíamente

En el caso de niños y niñas adoptados a partir de los 5 años, cuya lengua materna fuera diferente, tendrían que aprender un promedio de 54 palabras nuevas todos los días con el fin de igualar las habilidades de comprensión del lenguaje de sus compañeros de 6 años. Además, mientras que el niño adoptado se está poniendo  al día, sus amigos de 6 años, ya han añadido un promedio de 5.000 palabras a su vocabulario.

Hay que tener en cuenta que un niño o una niña de 6 años, con un entorno familiar y escolar adecuado, tiene un lenguaje expresivo (palabras que usa habitualmente) de unas 2.600 palabras y un vocabulario receptivo (palabras que entiende) de 20.000 a 24.000 palabras.

En resumen, es poco realista esperar que los niños mayores adoptados alcancen en un plazo de 1 a 2 años a sus compañeros en las competencias del nuevo idioma.

  Si imaginamos el aprendizaje como un edificio en construcción, en los casos de desnutrición pre y/o postnatal y en los casos de escolarización tardía, se trata de un edificio donde faltan algunos ladrillos en la base, con lo cual  pretender que se puede construir un edificio sólido es ilusorio porque los cimientos no son firmes. Por eso, aunque las familias les ofrezcan los mejores centros educativos y la mejores oportunidades, el resultado no es el que vemos en esta imagen.

MURO CON HUECOS

Lo que más bien ocurre es lo siguiente: el edificio que se construye sobre esas bases poco firmes tiene grietas, orificios, desconchones, etc., que se traducen en dificultades para entender ciertos conceptos, problemas para entender lo que leen, desorganización, dificultades para memorizar, etc., con lo cual el edificio del aprendizaje no se sostiene pese a las horas y los esfuerzos invertidos.

MURO CON HUECOS

Las posibilidades de revertir estos condicionantes adversos dependen en gran medida de las interacciones mutuas de varios factores, entre los cuales son fundamentales un diagnóstico precoz, una rehabilitación apropiada y de calidad por medio de programas que estimulen las funciones cognitivas deficitarias y un soporte psicosocial y afectivo adecuado, tanto por parte de las mismas familias como de la comunidad educativa.

Los siguientes programas que proponemos están especialmente diseñados para ayudar a solucionar estos problemas. Una de las razones que con mayor frecuencia exponen las familias para no utilizarlos, pese a que vean su utilidad, es la falta de tiempo para realizarlos, dada la gran cantidad de tareas que tienen que hacer por las tardes los escolares. Sin embargo, los esfuerzos realizados no tienen después unos resultados adecuados por la sencilla razón de que faltan los cimientos adecuados.

Ahora, con la llegada de las vacaciones,  es una buena oportunidad para arreglar los cimientos. Realizar actividades durante unos minutos al día,  puede ayudar a poner unos cimientos firmes en vez de pretender construir un edificio sin las bases cognitivas necesarias para que el edificio del conocimiento se sostenga.

Creemos que es importante que las familias y los centros educativos tomen conciencia de las consecuencias de la desnutrición y la escolarización tardía en el rendimiento escolar para no ser injustamente punitivos con estos menores. Es bastante duro pensar que han salido de una situación de injusticia social, económica o política para introducirlos en otro sistema de injusticia, en este caso, injusticia escolar porque, a veces, tanto las familias como los centros escolares desconocen los efectos de estas circunstancias en el aprendizaje. Lo cierto es que no siempre un rendimiento académico igual al resto de sus compañeros está dentro de sus posibilidades si no se usan las herramientas, los recursos y las ayudas adecuadas.

Tienes más información sobre los programas que mencionamos en el siguiente enlace sobre Dificultades de aprendizaje.

LA MUJER Y EL LEÓN

Los cuentos tradicionales no sólo transmiten sabiduría, sino que también pueden ser usados para mejorar la comprensión lectora de los pequeños de una manera amena y divertida.

En esta ocasión os traigo un cuento tradicional de Etiopía con el que podéis disfrutar pequeños y mayores. La versión en Euskera es de Contxi Urio Berasategi.

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Según una antigua leyenda etíope, hace muchos años, en un poblado vivían un hombre y una mujer que estaban viudos, aunque todavía eran jóvenes. Todos los días, ambos iban al mismo pozo. Ella iba a sacar agua para las necesidades de la casa y él llevaba su ganado para abrevar.

Con el paso del tiempo se enamoraron y decidieron casarse. La alegría de la mujer fue grande cuando se fue a vivir a la casa de su nuevo marido porque éste tenía además un hijo, y ella no había tenido hijos con su marido anterior. La mujer le preparaba cada día su comida favorita y era muy amable con él, pero el niño todavía lloraba la muerte de su madre y se mostraba enfadado con la nueva mujer de su padre, rechazando sus muestras de afecto. A pesar de todos los intentos de la mujer por hacerse querer, el niño la ignoraba. Incluso se negaba a dirigirle la palabra.

Transcurrido un tiempo, la mujer, llena de decepción y tristeza, fue a buscar la ayuda de un hechicero que vivía en una colina cercana.

-¡Por favor, prepárame una poción de amor para que el hijo de mi marido me quiera! ­suplicó la mujer muy angustiada.

-Puedo preparártela ­-le contestó el hechicero­- pero los ingredientes son muy difíciles de obtener. Debes traerme tres pelos del bigote de un león vivo.

La mujer suplicó que le pidiera otra cosa porque aquello le parecía imposible de conseguir ya que, al acercarse, el león la devoraría. Pero el hechicero insistió en que ésa era la única forma de conseguir lo que quería.

Se fue afligida pero dispuesta a intentarlo, porque era mucho lo que ya quería a aquel niño. Con el nuevo día, cogió un cuenco con abundante comida y se dirigió a un lugar donde vivía un león muy grande. Y esperó. Pasado un tiempo, lo vio venir. Al oír su rugido, dejó caer el cuenco y huyó.

Al día siguiente fue otra vez con más comida al lugar donde vivía el león, esperó a que apareciera y dejó el cuenco en el suelo antes de marcharse.

Cada día le dejaba más cerca la comida y esperaba un poco más antes de irse.

En cierta ocasión decidió esperar a que el león comiera la carne para mirarle desde la distancia. Otro día se puso lo bastante cerca como para poder oír su respiración y, al cabo de un tiempo, se acercó tanto que podía olerlo. Siempre le decía palabras suaves y amables. Después de mucho, mucho tiempo, consiguió quedarse cerca de él mientras comía.

Y llegó el momento en que el león se mostró tranquilo en su presencia; se estiraba y dejaba que le acariciase el lomo, pareciendo relajado y feliz. Así que la joven mujer decidió que había llegado el momento de cumplir con su objetivo. Y un día, mientras acariciaba la cabeza del león y le hablaba suavemente, tomó tres pelos de su bigote sin que el león lo notara.

-Gracias, querido amigo ­-le dijo llena de alegría-. Entonces se fue directamente a la colina para dárselos al hechicero.

-Aquí tienes, te he traído los pelos de un león vivo ­-anunció entregándolos al hechicero, que estaba sentado fuera de su cabaña frente al fuego.

-Ya veo que los tienes ­-dijo el hechicero sonriendo, mientras examinaba los tres pelos.

E inmediatamente, ante la mirada atónita de la mujer, los tiró al fuego.

-Pero, ¿qué has hecho? -­le gritó ella.­ ¡Eran para la poción de amor que me ibas a preparar! ¿Sabes lo difícil que ha sido para mí conseguirlos? He necesitado meses para ganarme la confianza del león.

-¿De verdad crees que el amor y la confianza de un niño pueden ser más difíciles de conseguir que los pelos de un animal salvaje? ­-le preguntó el hechicero.

La mujer comprendió enseguida lo que el hechicero trataba de decirle. Gracias a su paciencia y constancia a lo largo de los meses y a sus formas suaves de acercarse al león, se había ganado la confianza del fiero animal. Así que a partir de ahora se acercaría al niño poco a poco, respetando sus necesidades y sus sentimientos; sin imponerle nada, pero sin por eso abandonar su propósito.

Después de un tiempo, el niño empezó a recibir de buen grado las muestras de amor de la mujer, hasta que finalmente la aceptó como su madre y la dejó entrar en su corazón. 

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Reflexiones para los más pequeños:

* EL VALOR DE LA AMABILIDAD.

Proverbio: Si quieres tener amigos, has de mostrarte amigo.

A veces resulta difícil hacer amigos; o cuando se tienen, es posible que algún enfado nos aleje de ellos. Ser amable y paciente con los demás, como hizo la mujer con el león, puede ser la solución.

Reflexiones para los mayores: 

*EL VALOR DE LA PACIENCIA.

Así como hizo con el león, la mujer debía acercarse al niño poco a poco, esperando pacientemente que echara fuera la tristeza, la soledad y el dolor que le había provocado la muerte de su madre; respetando su actitud y su territorio… hasta que la aceptara en su corazón.

En nuestra cultura cada vez se hace más presente la búsqueda de resultados y soluciones rápidas. Sin embargo, en la naturaleza todo tiene su ritmo: el sol nunca le dice a la luna que se dé prisa para completar su ciclo, ni las estaciones se atropellan unas a otras de forma precipitada.

Todo tiene su tiempo. Cuando se planta una semilla de calabaza no sale de inmediato, de manera que si alguien se sienta a ver cómo crece cada día, cada hora, cada minuto, su crecimiento le resultará imperceptible. Pero si se tiene paciencia, después de un tiempo saldrá la calabaza.

Y lo mismo ocurre con las personas. A pesar de que los resultados no se vean de inmediato, con paciencia, amor y perseverancia, aunque se hagan esperar, ­como le ocurrió a la mujer con el león­, terminan por llegar.

ETIOPÍA

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La República Democrática Federal de Etiopía está situada en el llamado Cuerno de África (ubicar en un mapa de África). Entre todos los países africanos fue el único que conservó su independencia cuando los países europeos se repartieron África en el siglo XIX. Su capital es Addis Abeba y el idioma oficial el amárico.

En Etiopía se utiliza el calendario juliano, que tiene siete u ocho años de retraso respecto al calendario que usamos en Occidente. El año nuevo etíope se celebra el 11 de septiembre. En el caso de los años bisiestos, la fiesta se celebra el 12, así que el 12 de septiembre de 2007 fue el primer día del nuevo milenio para Etiopía.

Etiopía es cuna de grandes atletas, especialmente de corredores de fondo. Abebe Bikila fue el primer atleta etíope en ganar una medalla de oro. Ocurrió en los Juegos Olímpicos de Roma y ganó la maratón (42 kilómetros) corriendo descalzo.

PREGUNTAS PARA MEJORAR LA COMPRENSIÓN LECTORA DE LOS PEQUEÑXS

1.- ¿Puedes localizar en el mapa de África una zona que parece un cuerno?

2.- Hay muchos animales que tienen cuernos ¿Cuántos puedes recordar?

3.- ¿Sabes lo que significa ser viudo o viuda?

4.- ¿Por qué dice que eran viudos aunque todavía jóvenes?

5.- ¿Cuándo se suelen quedar viudas las personas? ¿Por qué?

6.- ¿Has visto alguna vez un pozo? ¿Para qué sirven? Pincha aquí si quieres saberlo.

7.- ¿Por qué iba ella cada día a sacar agua del pozo?

8.- El ganado es el conjunto de animales criados por el ser humano para producir carne, leche y sus derivados. Pincha aquí para verlo.

9.- ¿Cuántos productos derivados de la carne puedes mencionar?

10.- ¿Y cuántos puedes mencionar derivados de la leche?

11.- Aunque nunca hayas escuchado la palabra “abrevar” ¿puedes imaginar lo que significa, si dice que el hombre llevaba cada día su ganado al pozo para abrevar?

12.- ¿Puedes expresar con otras palabras cómo se sentía el niño cuando dice que todavía lloraba la muerte de su madre? ¿Tú te has sentido alguna vez así? ¿Cuándo?

13.- El niño se mostraba enfadado con la nueva mujer de su padre y rechazaba sus muestras de afecto. ¿Cómo te muestran su afecto tu madre, tu padre, otras personas que te quieren? ¿Cómo lo haces tú?

14.- Como el niño estaba enfadado con ella, la ignoraba y no le hablaba. Y tú, ¿qué haces cuando estás enfadado/a con alguien? ¿Se te ocurre alguna forma diferente de solucionar los enfados?

15.- ¿Por qué pidió ayuda la mujer al hechicero?

16.- ¿Dónde vivía el hechicero? Donde tú vives ¿hay colinas o montañas? Tal vez no haya ni una cosa ni otra. ¿Cómo es el lugar donde tú vives?

17.- ¿Qué le pidió el hechicero para preparar la poción?

18.- ¿Por qué eran tan difíciles de obtener los ingredientes?

19.- Aunque la mujer pensó que le pedía algo imposible, decidió intentarlo. ¿Por qué?

20.- La mujer cada día le dejaba la comida más cerca y esperaba más tiempo antes de irse, así que fue muy paciente. ¿Tienes tú mucha paciencia? ¿Para qué necesitas ser más paciente?

21.- Finalmente, gracias a su constancia, la mujer consiguió su objetivo. ¿Cuál era ese objetivo? ¿Recuerdas algún objetivo que hayas conseguido gracias a tu constancia?

22.- ¿Qué hizo el hechicero cuando la mujer le entregó los pelos del león vivo? ¿Por qué se quedó mirando atónita? ¿Alguna vez te has quedado así de sorprendido/a por algo?

23.- ¿Por qué tiró el hechicero los pelos al fuego?

24.- ¿Qué comprendió la mujer al escuchar las palabras del hechicero?

25.- La mujer finalmente consiguió el objetivo que se había propuesto, aunque de una manera que no esperaba. ¿Tienes algunos objetivos o metas que te gustaría alcanzar? ¿Crees que tú también podrás conseguirlos, como la mujer del cuento?

Seguro que sí. Cuestión de paciencia y constancia.

 

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EMAKUMEA ETA LEHOIA 

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Etiopiako elezahar batek dio, orain dela urte asko bizi zirela herri batean gizon eta emakume bat. Biak alargunak ziren, baina, hala ere, gazteak.

Egunero joaten ziren putzu batera ur bila: emakumeak etxeko lanak egiteko ateratzen zuen ura eta gizonak abereak eramaten zituen ura edatera. Denborak aurrera egin ahala, maitemindu egin ziren eta ezkontzea erabaki zuten. Oso pozik joan zen emakumea senar berriaren etxera. Gizonak, gainera, seme bat zuen, eta emakumeak ez zuen haurrik izan aurreko senarrarekin.

Egunero prestatzen zion emakumeak senarrari bere gustuko janaria eta oso ondo portatzen zen berarekin. Hala ere, haurrak hildako amaren falta sentitzen zuen, haserre zegoen bere aitaren emazte berriarekin eta baztertu egiten zuen.

Bihotzez saiatzen zen emakumea haurraren maitasuna lortzen, baina haurrak ez zion hitzik egiten ere.

Denbora pasa zenean, etsipen eta tristuraz beteta, laguntza eske joan zen gertuko muino batean bizi zen belagile batengana.

  • Mesedez, presta iezadazu maitasun edabe bat nire senarraren semeak maite nazan! – eskatu zion emakumeak, zeharo larrituta.
  • Prestatu dezaket – erantzun zion belagileak – baina osagarriak oso zailak dira aurkitzen. Lehoi bizi baten biboteko hiru ile ekarri behar dizkidazu.

Emakumeak erregu egin zion, mesedez, beste gauza bat eskatzeko, osagai hori lortuezina iruditzen zitzaiolako, zeren eta lehoiak jango baitzuen. Baina belagileak esan zion hori zela modu bakarra nahi zuena lortzeko.

Kezkatuta irten zen emakumea bertatik. Hala eta guztiz ere, prest zegoen saiakera egiteko, honez gero, asko maite zuelako mutikoa. Egunsentian, janariz betetako katilu bat hartuta, lehoi handi baten zulora joan zen eta bertan itxaron zion. Denbora batez itxaroten egon ondoren, lehoia zetorrela ikusi zuen, baina bere orroa entzun zuenean, katilua bota eta ihes egin zuen.

Hurrengo egunean, berriz joan zen lehoiaren zulora, lehoia noiz etorriko itxaron zuen eta lurrean utzi zuen katilua alde egin baino lehen.

Egunero hurbilago uzten zion janaria eta pixka bat gehiago itxaroten zuen alde egin baino lehen.

Behin batean, lehoiak janari guztia bukatu arte ez zuela alde egingo erabaki zuen, eta horrela, urrutitik behatuko zuela. Beste egun batean, bere arnasa entzun ahal izateko bezain gertu jarri zen, eta geroago, bere usaina sumatu ahal izateko bezain gertu. Hitz gozoak eta atseginak esaten zizkion beti. Denbora asko pasa ondoren, lehoia jaten ari zen bitartean, berarekin gelditu zen.

Eta, azkenean, lasai azaldu zen lehoia bere aurrean. Handik aurrera, nagiak ateratzen zituen lehoiak emakumeak bizkarra laztantzen zion bitartean. Lasai eta pozik zirudien. Orduan, bere helburua betetzeko unea zela pentsatu zuen emakumeak. Egun batean, lehoiaren burua laztantzen ari zen bitartean eta hitz gozoak esaten ari zitzaizkion bitartean, lehoiaren biboteko hiru ile hartu zituen.

  • Eskerrik asko, lagun maitea – esan zion pozik – eta bizkor joan zen belagilearengana hiru ileak eramatera.
  • Hemen dituzu, lehoi bizi baten ileak ekarri dizkizut – esan zuen – eta etxeko su aurrean eserita zegoen belagileari eman zizkion.
  • Ikusi dut, bai, badituzula – esan zion irribarre batez belagileak, hiru ileak aztertzen zituen bitartean. Eta berehala, emakumea txunditurik utzita, sutara bota zituen.
  • Baina, zer egin duzu? – oihukatu zion emakumeak – Egin behar zenidan maitasun edabea prestatzeko ziren! Ba al dakizu zenbat kostatu zaidan lortzea? Denbora asko behar izan dut lehoiaren konfiantza lortzeko.
  • Benetan uste al duzu haur baten konfiantza animalia baten ileak lortzea baino zailagoa dela? – galdetu zion belagileak.

Berehala ulertu zuen emakumeak belagileak adierazi nahi ziona. Hilabetetan zehar izan zituen pazientzia eta irmotasunari esker eta lehoiarengana hurbiltzeko izan zuen modu eztiari esker lortu zuen piztiaren konfiantza. Horregatik, hemendik aurrera, poliki-poliki hurbilduko zen mutikoarengana, bere beharrak eta sentimenduak errespetatuko zituen, kezkarik gabe; baina, hori bai, bere helburua ahaztu gabe. Denborarekin, haurra emakumeak adierazten zion maitasuna onartzen eta bereganatzen hasi zen. Azkenean, benetako ama balitz bezala hartu zuen bere bihotzean.

 

Gaztetxoentzako gogoetak:

  • ADEITASUNAREN GARRANTZIA.

Esaera zaharra: lagunak nahi badituzu izan, lagun moduan azaldu behar zara.

Zaila izaten da batzutan lagunak egitea, eta beste batzutan, haserre batek urrundu egiten zaitu beraiengandik. Adeitsu eta hurbilekoa izatea izan daiteke konponbidea. Emakumea lehoiarekin portatu zen bezala.

Zaharragoentzako gogoetak:

 PAZIENTZIAREN GARRANTZIA.

Lehoiarekin egin zuen bezala, horrela hurbildu beharko zen emakumea haurrarengana, poliki-poliki, amaren heriotzak eragin zion tristura, bakardadea eta mina kanporatu arte; beti ere, bere jarrera eta espazioa errespetatuz… Haurrak bere bihotzean onartu arte, hain zuzen.

Gure kulturan gero eta azkarrago nahi ditugu aurkitu emaitzak eta konponketak. Dena dela, denak dauka bere erritmoa naturan: eguzkiak ez dio sekula esaten ilargiari bizkor ibili behar duela aldia bukatzeko, eta urtaroek ere beren erritmoa jarraitzen dute. Kasu guztietan, denbora behar izaten da. Kuia hazia ereiten dugunean, ez da berehala ateratzen. Egunero eseriko bagina haziaren aurrean nola hazten den ikusteko, ez ginateke hazkuntzaz konturatuko. Baina, pazientzia baldin badaukagu, eta denbora pasa ondoren, kuia hazi egingo da.

Eta gauza bera gertatzen da pertsonekin. Emaitzak berehala ikusten ez baditugu ere, pazientziaz, maitasunez eta iraunkortasunez, ailegatuko dira. Gauza bera gertatu zitzaion emakumeari lehoiarekin.

 

ETIOPIA

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Etiopia Herri Errepublika Demokratikoa ipar-ekialdeko estatua da, Afrikako Adarrean dagoena (kokatu Afrikako mapa batean). Afrikako herrialde guztien artean, Etiopia da independentzia mantendu zuen bakarra, Europako estatuek Afrika bere artean banatu zutenean XIX. mendean. Hiriburua Addis Abeba da eta hizkuntza ofiziala armarikoa.

Etiopian juliotar egutegia erabiltzen da. Egutegi horrek 7/8 urteko atzerapena dauka mendebaldean erabiltzen dugun egutegiarekin alderatuta. Urteberria irailaren 11n ospatzen dute. Urte bisiestoetan, irailaren 12an ospatzen da jaia; beraz, 2007ko irailaren 12a izan zen etiopiarrentzat milurteko berriaren lehen eguna.

Atleta bikainak jaio dira Etiopian, batez ere, iraupeneko lasterkariak. Abebe Bikila izan zen urrezko domina irabazi zuen lehen atleta etiopiarra. Erromako Joko Olimpikoetan gertatu zen, eta maratoia (42 km.) irabazi zuen, lasterketa guztia oinutsik egin ondoren.

 

 

 

DOS PÁJAROS

Los cuentos populares del mundo transmiten valores universales que no entienden de fronteras ni de culturas, por eso sus lectores pueden ser tanto los más pequeños de la casa como aquellos que ya no lo son tanto.

A través de estos cuentos nuestros niños aprenderán también a valorar otros países y otras culturas, porque se ama lo que se conoce.

En este caso os presento un cuento tradicional de la República Democrática del Congo.

Adaptación: Marga Muñiz Aguilar

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Koffi y Mivek eran dos amigos que vivían en una remota aldea del Congo, en el corazón de África. Un día, deseosos de demostrar que ya no eran niños, salieron del poblado a poner trampas para cazar aves, porque un joven bantú se consideraba adulto cuando sabía construir su propio arco y tendía trampas con la habilidad suficiente para atrapar a un animal. Así que prepararon sus trampas de forma muy cuidadosa, las colocaron en unos arbustos y después se marcharon. Cuando volvieron al día siguiente, en la trampa de Mivek había caído una paloma. Pero en la de Koffi, menos afortunado, solamente había una araña. Al verla, la liberó con mucho cuidado para no dañarla y la dejó marchar. Al día siguiente Mivek tuvo de nuevo la suerte de su parte y en su trampa había una gallina de Guinea muy gorda. Koffi, en cambio, sólo encontró un relámpago enredado en las cuerdas de su trampa. También esta vez lo liberó cuidadosamente para que regresara al cielo, porque todos sabemos que los relámpagos no se pueden comer.

Poco tiempo después, el rey de aquel lugar llamó a los dos muchachos y les pidió que cortaran y molieran algunas piedras para él. Los jóvenes sabían que éste era un trabajo difícil, que sólo los picapedreros podían hacer bien porque para que la piedra se pudiera moler se necesitaba hacer un corte muy preciso.

Mavik, el chico que había tenido suerte con las trampas, picó y picó la piedra hasta partirla, pero no consiguió molerla completamente.

Koffi, el muchacho que siempre había sido desafortunado en la caza, se acordó del relámpago, lo llamó y le preguntó si le podía ayudar a cortar y moler las piedras. Entonces el relámpago, acordándose de cómo el chico le había liberado de la trampa, vino con su estruendoso sonido y descargó repetidamente su poder contra las piedras hasta que se convirtieron totalmente en polvo.

Un tiempo más tarde, el rey se encaprichó de una estrella del cielo y le pidió a los dos chicos que se la trajeran. Ninguno de los dos sabía como llegar tan alto, pero Koffi se acordó de la araña y le preguntó si podía ayudarle. Naturalmente la araña dijo que sí y tejió una telaraña tan grande y resistente que cubrió la distancia entre la tierra y el cielo. Luego, subió y subió hasta alcanzar una estrella para que Koffi se la entregara al rey.

El rey se puso tan contento con su nueva estrella que pensó en recompensar a Koffi de alguna manera, así que decidió regalarle muchas vacas y grandes cestos llenos de comida. Así, el muchacho que había sido desafortunado con las trampas, ahora de pronto se había convertido en un hombre rico.

Con todas estas vacas, Koffi pudo pagar la dote para casarse con Asima, la muchacha de la que estaba secretamente enamorado. Con la comida que le había regalado el rey y la cerveza de mijo que prepararon las mujeres, dieron una gran fiesta para celebrarlo. Ahora el hombre con suerte era él, porque Mavik, el cazador afortunado, se había comido los dos pájaros y ya no tenía nada.

La generosidad de Koffi liberando de la trampa a la araña y al relámpago tuvo, sin duda, su recompensa.

 

Reflexión para los más pequeños

En la naturaleza hay una ley que dice que lo que se siembra se recoge. Si se siembra una patata se recoge una patata. Koffi fue generoso y recibió generosidad.

¿Eres de los que dan a los demás o de los que siempre esperan recibir sin dar?

¿Eres de los que estudian o de los que quieren tener buenas notas sin estudiar?

Recuerda: si quieres recibir, primero tienes que dar. Puede que a veces parezca que das y no recibes nada; pero como en el cuento, el afortunado, finalmente, fue Koffi.

Reflexión para los mayores

Aunque aparentemente uno de los muchachos fue más afortunado al encontrar por dos veces consecutivas una presa en la trampa, detrás de lo aparente, a veces, hay otras muchas realidades; por eso, ante las contrariedades o las dificultades de la vida, lo mejor es ser positivo, porque nunca sabemos qué nos pueden deparar el futuro. Lee esta antigua leyenda y lo comprobarás.

Se cuenta que un campesino chino tenía un caballo. Un día se le escapó, así que sus vecinos vinieron a decirle: “¡Qué mala suerte!”

Pero él contestó: “Puede ser, puede ser…”

Al poco tiempo el caballo volvió encabezando un grupo de dieciséis caballos salvajes. Y los vecinos vinieron a decirle:“¡Qué buena suerte!”

A lo que el campesino contestó: “Puede ser, puede ser…”

Intentando domar a uno de los caballos, el hijo del campesino se cayó y se rompió una pierna. Y entonces vinieron de nuevo los vecinos: “¡Qué mala suerte, ahora no tienes quien te ayude!”

“Puede ser, puede ser…” contestó el campesino.

Al día siguiente apareció el ejército del emperador reclutando jóvenes para la guerra, pero no pudieron llevarse al hijo porque tenía la pierna rota.

De nuevo los vecinos vinieron a decirle: “¡Qué buena suerte!” A lo que el campesino contestó nuevamente: “Puede ser, puede ser…”

 

REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO

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La República Democrática del Congo está situada en el corazón de África. El ecuador atraviesa su territorio, con lo cual un tercio del mismo está en el Hemisferio Norte y los dos tercios restantes en el Hemisferio Sur.

Es uno de los países de mayor diversidad biológica del planeta, con regiones de sabana, grandes lagos y selva (la segunda más grande del mundo después del Amazonas). Tiene más especies de pájaros y de mamíferos que cualquier otro país africano. El río Congo, que recorre el país, es también el segundo río más caudaloso del mundo. Cinco de los parques naturales del país están catalogados como Patrimonio de la Humanidad.

El Congo tiene grandes recursos naturales, entre ellos minas de oro, de diamantes y de coltán, que se usa para la fabricación de móviles y ordenadores. Lamentablemente, las guerras, la mala gestión económica y la inestabilidad política la han convertido en uno de los países más pobres del mundo.

 

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Versión en Euskera.

Traducción Kontxi Urio Berasategi

BI TXORI 

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Koffi eta Mivek lagunak ziren eta Kongoko herrixka batean bizi ziren, Afrikako erdi-erdian. Egun batean, jadanik haurrak ez zirela adierazi nahian, herrixkatik atera ziren, hegaztiak harrapatzeko tranpak jartzera; izan ere, bantu gazteak heldutzat hartzen baitira bere arkua egiteko gai direnean eta animalia bat harrapatzeko tranpak egiteko nahikoa trebetasuna dutenean. Horrela, tranpak poliki prestatu eta zuhaixka baten gainean jarri eta gero, alde egin zuten. Hurrengo egunean itzuli zirenean, Miveken tranpan uso bat zegoen harrapatuta. Koffiren tranpan, berriz, armiarma bat besterik ez zegoen. Ikusi zuenean, poliki-poliki askatu zuen eta aske utzi zuen, minik har ez zezan. Hurrengo egunean, berriro izan zuen Mivekek zortea eta Gineako oilo potolo bat zegoen bere tranpan. Koffik, berriz, tximista bat besterik ez zuen aurkitu, tranpako soken artean nahaspilatuta. Orduan ere, eta zerura itzul zedin, aske utzi zuen, denok baitakigu tximistek ezin dutela jan.

Handik pixka batera, bertako erregeak bi lagunei deitu zien eta beretzat harri batzuk ebakitzeko eta txikitzeko eskatu zien. Gazteek bazekiten oso lan zaila zela eta harginek bakarrik egin zezaketela ondo lan hori, harria txikitu ahal izateko oso ebaki zehatza egin behar baita.

Mivekek, tranpekin zorte ona izan zuen mutila, txikitu eta txikitu egin zuen harria puskatu arte, baina ez zuen lortu erabat ehotzea.

Koffik – ehizan beti zorigabekoa izan zen mutila – tximista gogoratu zuen eta galdetu zion ea lagunduko zion harriak ebakitzen eta ehotzen. Orduan, tximistak gogoratu zuen nola askatu zuen mutilak tranpatik eta, zarata handia eginez, bertan azaldu eta indar guztia bota zuen harrien kontra, erabat txikitu arte.

Beste egun batean, zeruko izar bat nahi zuela esan zuen erregeak, eta zerutik jaisteko eskatu zien bi lagunei. Ez batak ez besteak ez zekien nola ailegatuko ziren hain gora, baina Koffi armiarmaz gogoratu zen eta hari laguntza eskatu zion. Dudarik gabe, baietz esan zion eta sare bat josi zuen armiarmak, eta zeruraino ailegatu zen armiarma-sarea, hain zen haundia eta sendoa. Gero, saretik igo eta izar bat hartu zuen Koffik erregeari eman ziezaion.

Oso pozik jarri zen erregea bere izar berriarekin eta nolabait Koffi saritu behar zuela pentsatu zuen; hortaz, behi asko eta janariz betetako saskiak oparitzea erabaki zuen. Horrela, tranpetan zori txarra izan zuen mutila, bat-batean, gizon aberatsa bihurtu zen.

Behi horiekin guztiekin ordaindu zuen Koffik ezkonsaria Asimarekin ezkontzeko – isilean maiteminduta zegoen neskarekin -. Gero, jai bikain bat antolatu zuten ospatzeko, erregeak oparitutako janariarekin eta emakumeek egin zuten artatxiki garagardoarekin. Koffi zen orduan zorioneko gizona, izan ere, Mavikek – zorioneko ehiztaria – jan egin zituen bi txoriak eta dagoeneko ez zeukan ezer.

Koffiren zintzotasunak armiarmari eta tximistari laguntzera bultzatu zuen eta, dudarik gabe, merezitako saria izan zuen azkenean.

Gaztetxoentzako gogoetak.

Badago naturan lege bat ereiten duguna jasotzen dugula esaten duena. Patata bat ereiten baduzu, patata jasoko duzu. Koffi-k eskuzabaltasuna jaso zuen eskuzabala izan zelako.

Zu ere eskuzabala al zara? Edo beti zaude emango dizutenaren zai, ezer eman gabe?

Ikasle ona al zara? Edo ezer ikasi gabe nahi al dituzu nota onak izan?

Gogora ezazu: jaso nahi baduzu, lehen eman beharko duzu. Batzutan irudituko zaizu eman besterik ez duzula egiten eta ez duzula ezer jasotzen, baina, ipuinean bezala, Koffi izan zen zorionekoa.

Helduentzako gogoeta.

Itxuraz, mutiletako bat izan zen zoriontsuagoa bi aldiz segidan aurkitu zuelako animalia bat tranpan, baina, itxuraren atzean, batzutan, beste errealitate batzuk egoten dira. Horregatik, bizitzaren oztopoen aurrean, baikor izatea da egokiena, ez baitugu sekula jakingo zer gertatuko ote den. Irakur ezazu ondorengo kontu zaharra eta ikusiko duzu.

Bazen behin nekazari txinatar bat. Nekazari horrek zaldi bat zuen eta, egun batean, ihes egin zion. Orduan, bizilagunek esan zioten: Hori zoritxarra!

Eta berak erantzun zuen: baliteke, baliteke…

Handik gutxira bueltatu zen zaldia, berarekin batera 16 zaldiko taldea zeramala. Eta bizilagunak joan zitzaizkion esatera: Hori zorte ona!

Orduan, nekazariak zera erantzun zien: Baliteke, baliteke…

Egun batean, zaldietako bat hezi nahian, nekazariaren semea zalditik erori eta hanka hautsi zuen. Eta berriro joan ziren bizilagunak esatera: Hori zoritxarra! Nork lagunduko dizu orain?

Baliteke, baliteke… erantzun zuen nekazariak.

Hurrengo egunean enperadorearen armada azaldu zen gerrarako gazteak biltzera, baina ezin izan zuten nekazariaren semea eraman, hanka hautsita zuelako.

Berriro joan zitzaizkion bizilagunak esatera: Hori zorte ona! Eta nekazariak berriro erantzun zuen: baliteke, baliteke…

KONGOKO ERREPUBLIKA DEMOKRATIKOA

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Kongoko Errepublika Demokratikoa Afrika erdiko herrialdea da. Ekuadoreak zeharkatzen duenez, lurraldearen herena Ipar Aldeko hemisferioan dago, eta gainerako bi herenak Hegoaldeko hemisferioan.

 

Biologia-aniztasun haundia dauka: sabanako eskualdeak, aintzira haundiak, eta munduko oihana haundiena,Amazonasekoaren atzetik. Hegazti eta ugaztunen aniztasuna ere Afrikako garrantzitsuena da. Kongo ibaiak – munduko II. Ibai emaritsuena – herrialdea zeharkatzen du. Kongoko bost natura-parke gizateriaren ondare moduan izendatu dituzte.

 

Kongok natur baliabide ugari ditu: urre, diamante eta koltan-meatzeak. Koltana telefono mugikorrak eta ordenagailuak egiteko erabiltzen da. Zoritxarrez, gerrek, kudeaketa ekonomiko txarrak eta ezegonkortasun politikoak munduko herrialde pobreenen artean kokatu dute.

 

CUENTOS PARA CRECER

Los cuentos tradicionales encierran una gran sabiduría, tanto para los más pequeños como para los mayores. Comparto con vosotros algunos cuentos populares de distintos países del mundo que he recopilado.

EL PINCEL MÁGICO (China)

Adaptación: Marga Muñiz Aguilar

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Hace muchísimo tiempo, en un pueblo de China vivía un niño llamado Ma Liang. Lo que más deseaba en el mundo era convertirse en pintor. Sin embargo, su familia era tan pobre que no podía comprar ni siquiera un pincel.

Un día, mientras pasaba por delante de la escuela del pueblo, vio que los niños estaban pintando.

-Por favor, señor -­le dijo Ma Liang al profesor-­ me gustaría mucho pintar, pero no tengo pincel. ¿Me podría prestar uno?

-¡No molestes! ­-gritó el profesor-­ ¡No eres más que un pordiosero! ¡Fuera de aquí!

-Podré ser muy pobre ­-le dijo Ma Liang-­ pero aprenderé a pintar.

Aunque no tenía pincel, el pequeño usaba cualquier cosa para pintar. Si iba a recoger leña, usaba una rama para pintar en la tierra un pájaro. Si iba al río, metía la mano en el agua y con el dedo mojado dibujaba un pez sobre las rocas. A veces usaba también un pedazo de madera quemada para pintar flores y animales en cualquier superficie.

El caso es que cada día Ma Liang encontraba alguna forma de pintar. Y sus pinturas eran tan reales que la gente decía que el pájaro parecía que iba a volar o que el pez parecía que iba a salir nadando.

Ma Liang disfrutaba con los elogios de la gente, pero seguía pensando cuánto le gustaría tener un pincel.

Una noche, después de haber trabajado arduamente durante todo el día, se durmió. En su sueño vio a un anciano de barbas blancas y rostro amable que sostenía algo en las manos.

-Toma -­le dijo a Ma Liang­- Es un pincel mágico. Úsalo con sabiduría.

Cuando Ma Liang se despertó, se dio cuenta de que en los dedos sostenía un pincel. “¿Todavía estaré soñando?” ­se preguntó. Para comprobar que no era así, se levantó y pintó un pájaro. Para su sorpresa, cuando terminó de pintarlo, el pájaro agitó sus alas y salió volando. Más tarde pintó un ciervo y tan pronto como le dio la última pincelada, el ciervo salió corriendo hacia el bosque.

-“¡Es verdad, es un pincel mágico!” ­dijo Ma Liang.

Y de inmediato corrió hacia el pueblo para compartir la noticia con sus vecinos, que asombrados veían cómo todo lo que pintaba cobraba vida: juguetes para los niños que no tenían con qué jugar; vacas y herramientas para los agricultores pobres que no las podían comprar; platos llenos de comida para los que no tenían nada que comer… y así con todos los que necesitaban algo.

Muy pronto las noticias sobre Ma Liang y su pincel mágico llegaron a oídos de todos y naturalmente del codicioso emperador.

-¡Tráiganme a ese niño y su pincel! ­ordenó.

Sus soldados encontraron a Ma Liang y lo llevaron directamente al palacio. Una vez que el emperador se hizo con el pincel mágico, ordenó a sus soldados que metieran a Ma Liang en la cárcel. Entonces el emperador llamó al pintor real.

-Toma este pincel y píntame una montaña de oro  -­le ordenó.

Pero cuando el pintor real terminó la pintura, todo el oro que había pintado se convirtió en piedras.

-Este pincel parece que sólo funciona con el niño. ¡Tráiganmelo! ­-dijo el emperador.

Ma Liang fue llevado de nuevo ante su presencia.

-Si pintas para mí -­dijo el emperador-­, yo te daré oro y plata, ropa fina, una casa nueva y toda la comida y bebida que puedas desear.

Ma Liang fingió aceptar.

-¿Qué es lo que quiere que pinte? ­-preguntó.

-Píntame un árbol que en vez de hojas tenga monedas de oro ­-le dijo el emperador-, lleno de codicia.

Ma Liang tomó el pincel mágico y empezó a pintar. Pintó muchas olas azules, y de pronto el emperador se vio frente a un océano.

-¡Eso no es lo que te dije que pintaras! ­-gritó el emperador.

Pero Ma Liang lo ignoró y continuó pintando. En medio del océano pintó una isla. Y en esa isla pintó un árbol con monedas de oro en vez de hojas.

-¡Sí, sí, eso está mejor! ­-le dijo el emperador­- Ahora, rápido, píntame un barco para poder llegar a la isla.

Ma Liang pintó un gran barco velero. El emperador se subió al barco junto con sus soldados. Ma Liang pintó unas cuantas líneas y una suave brisa empezó a soplar. El barco se empezó a mover lentamente hacia la isla.

-¡Rápido, más rápido! ­-gritaba el emperador.

Ma Liang pintó entonces una línea curva muy grande, y empezó a soplar el viento.

-¡Más viento, más viento! -­gritó el emperador.

Ma Liang siguió pintando y las olas comenzaron a hacerse cada vez más grandes, meciendo el barco como si fuera una cáscara de nuez. Las olas llegaron a ser tan grandes que rompieron el barco en mil pedazos. El emperador y sus oficiales consiguieron llegar a la orilla de la isla, pero nunca más pudieron regresar al palacio.

De esta forma, Ma Liang liberó al pueblo de la tiranía de un emperador codicioso y pudo seguir pintando y viajando de pueblo en pueblo, usando el pincel mágico para ayudar a todas las personas que lo necesitaban.

 

Para los pequeños:

El maestro subestimó a Ma Liang por ser pobre. ¿Alguna vez has sentido que te subestimaban por tener poca habilidad jugando al fútbol, por no tener los mismos gustos que los demás, por ser de una raza diferente, etc.? ¿Qué has sentido en esos momentos? ¿Rabia, tristeza, enfado?

Todos estos sentimientos son normales, pero escucha lo que dijo el ex presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, cuando le preguntaron cómo había conseguido no sentir odio, a pesar de haber estado muchos años en la cárcel por defender la igualdad de derechos para todas personas:

LA AMARGURA SOLAMENTE NOS LASTIMA A NOSOTROS MISMOS. SI ODIAS, ESTÁS DÁNDOLE A ESA PERSONA TU MENTE Y TU CORAZÓN. NO REGALES NI DESPERDICIES NI UNA COSA NI LA OTRA, PORQUE AMBAS SON MUY VALIOSAS.

Para los mayores:

Si tienes un sueño, una ilusión, un deseo profundo… persíguelo.

Si todavía no sabes cuál es tu pasión o tu habilidad, puedes hacerte una sencilla pregunta: Si tuviera todo el tiempo y todo el dinero del mundo ¿a qué me dedicaría?

Todas las personas venimos a este mundo con un propósito. La respuesta a la pregunta anterior es la respuesta a tu propósito en la vida.

Si quieres alcanzar ese propósito, haz un buen uso de tus habilidades. El resto vendrá por añadidura, como le ocurrió a Ma Liang.

 

REPÚBLICA POPULAR CHINA

Captura de pantalla 2015-10-01 a la(s) 17.50.06China está situada en el este del continente asiático y es el país más poblado del mundo, con 1.300 millones de habitantes. Tiene una cultura milenaria que destaca por ser la cuna de grandes inventos, como la pólvora, la imprenta, la brújula, la tinta, el papel, el ábaco, la porcelana y las cometas, entre otros.

Entre sus monumentos más conocidos está la Gran Muralla China, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987. Se extiende a lo largo de miles de kilómetros y fue construida para defenderse de los invasores del norte.

China es uno de los países con más variedades de especies de animales salvajes, entre las que destaca el Oso Panda.

Actualmente es la segunda economía a nivel mundial.

 

EL VIAJE DE ADOPCIÓN DESDE LA MIRADA DE UN NIÑO

Indudablemente  la mayoría de las familias adoptivas recordamos el viaje en el que por primera vez abrazamos a nuestros hijos como el más emotivo de nuestras vidas. No importaba si se tenía miedo a volar, o incluso pánico. En esa ocasión eso era lo de menos. No conozco ningún caso que pese a ese miedo alguien hubiera decidido no volar y que lo hiciera otra persona en su lugar. Con tranquilizantes, técnicas de relajación o con lo que fuera, se hace el viaje y se vive con una intensidad inmensa. Claro que los mayores lo sabemos todo: que a partir de esos momentos vamos a compartir nuestras vidas con ellos… que es para siempre…que la sangre o la genética no es la única forma de convertirse en familia…

Pero, ¿cómo lo viven los pequeños? ¿Es tan apasionante para ellos, teniendo en cuenta que no nos conocen; no saben dónde los llevamos, ni por cuanto tiempo; ni siquiera saben cuando volverán si es que vuelven; además, no entienden nuestras palabras; les resultan extraños nuestros olores y sabores; escuchan ruidos raros y ensordecedores;  les pedimos cosas incomprensibles y desconcertantes; y así un largo etcétera.

Por eso me gustaría compartir con vosotros algunas de la vivencias de Yosef durante ese viaje. Yosef es el segundo hijo de Ana y Pablo, los protagonistas de mi novela Detrás de tu mirada, donde quise reflejar desde la ficción muchas de las experiencias que como familias adoptivas hemos vivido y seguimos viviendo. Quizás al verlo desde la perspectiva del pequeño nos resulte más fácil entender algunas cosas… o quizás todas.

YOSEF

Tengo miedo. No sé dónde estoy. Hay muchos niños, pero no son mis hermanos. No conozco a nadie. Quiero ir con mi abuela. Han pasado muchos días desde que me trajeron a este lugar. No quiero estar aquí y nadie me dice dónde está mi abuela.

Ayer vinieron unas personas muy raras. Me he asustado y he salido corriendo. Nunca había visto a nadie así. Tenían un color muy raro, como la leche, una nariz larga y un pelo muy diferente al nuestro. Tenían también un olor extraño. Además, yo no los entendía. Venían con una niña como yo, pero que no hablaba como yo. Ella sí los entendía. Me dieron unos regalos que yo quise compartir con los demás niños, pero un hombre que venía con ellos me dijo que eran sólo para mí.

Hoy han vuelto. Ese mismo hombre dice que me tengo que ir con ellos, pero yo no quiero. Yo quiero ir con mi abuela. Y me he puesto a llorar. Han intentado consolarme y me han sonreído pero yo no quería entrar en el coche. Me han llevado a una casa muy grande, tanto que yo nunca había visto ninguna así. Las ventanas estaban unas encima de otras y había una habitación que subía y bajaba cuando apretabas en la pared. A mí al principio me daba miedo entrar porque, además, nadie abría ni cerraba la puerta. Lo hacían ellas solas. ¿Y si un día no querían abrirse, nos quedaríamos allí para siempre? A los pocos días vi que siempre se abría, así que ya no me daba miedo, incluso me gustaba tocar en la pared para que subiera y bajara.

Cuando llegamos a aquella casa tan grande era de noche y me quisieron quitar la ropa, así que me enfadé, aunque al momento me dieron otra. Lo que no entendí era por qué me quitaban la mía y me ponían otra, pero estaba tan cansado que simplemente me dormí. Cuando me desperté por la mañana volvieron a hacer lo mismo. Me quitaron la ropa que me habían puesto la noche anterior y me pusieron otra diferente. No había quien los entendiese. Con la niña hacían lo mismo y ellos también.

Después entramos en la habitación que subía y bajaba y cuando la puerta se abrió estábamos en un lugar muy grande con muchas mesas y sillas. Nunca jamás había visto tanta comida junta. Aunque todo tenía un sabor extraño, como tenía hambre me lo comía. El problema fue que querían que cogiera la comida con un pincho. A mí no me gustaba meterme eso en la boca, así que yo lo soltaba y cogía la comida con las manos. Insistieron varias veces, aunque finalmente me dejaron hacerlo como yo quería.

En aquella habitación grande había muchas personas como ellos. Algunos tenían el pelo amarillo y los ojos del color del cielo. A mí me asustaban. Nunca había visto a nadie así.

Yo estaba todo el tiempo enfadado porque quería ir con mi abuela, así que lloraba y lloraba. Con la única que no estaba enfadado era con la niña, que me hacía reír con los juguetes. Entonces el hombre y la mujer aprovechaban mi buen humor y repetían una y otra vez hermana y la miraban a ella, papá y lo miraban a él, mamá y la miraban a ella. Entonces decían Yosef y me miraban a mí, pero yo no entendía qué querían decir.

A los pocos días dejamos aquella casa y fuimos a otra todavía más grande donde había muchas personas con cajas que tenían ruedas y que arrastraban como si pesaran mucho. Nosotros también las teníamos. Por una de las paredes se podía ver lo que había afuera. Miré y vi lo que parecía un gran pájaro, que me pareció muy raro. Nunca había visto nada igual. Estuvimos mucho rato sentados. Yo no sabía por qué teníamos que estar sentados tanto tiempo porque no hacíamos nada. A mí no me gusta estar quieto, así que me levantaba e iba de un lado para otro. Entonces el hombre blanco venía detrás de mí y me devolvía a la silla. Ahora sabía que se llamaba así porque lo había oído decir en aquella habitación grande donde comíamos.

De pronto se escucharon unas palabras, aunque nadie hablaba. Todos estaban muy atentos mirando a ningún sitio. Las palabras sonaban muy fuertes. Yo no conocía a nadie que pudiera hablar así y me asusté. Entonces se dejó de oír la voz, se levantaron todos al mismo tiempo y se pusieron unos detrás de otros con unos papeles en las manos. Ahora el hombre y la mujer se pusieron muy serios. Él me cogió a mí de la mano y ella cogió a la niña. A mí no me gustó e intenté soltarme, pero me miró a los ojos y dijo No muy serio. Yo no sabía qué le pasaba porque antes me había dejado corretear un poco si no me alejaba mucho. El caso es que todos empezaron a andar. Yo no sabía adónde íbamos y miraba a un sitio y a otro asustado. Pasamos por un lugar estrecho, todos muy juntos, y entonces entramos en un sitio con muchas sillas pegadas unas a las otras que no se podían mover. Todo el mundo miraba los papeles que llevaban en la mano y después hacia arriba. No sé qué les pasaba. Yo me quise sentar en una silla que estaba vacía pero el hombre no me dejó. Siguieron mirando hacia arriba y al poco se pararon. Entonces pusieron las cajas más pequeñas con ruedas en un lugar alto y nos sentamos. Las cajas grandes las habían dejado antes en un sitio donde se movían sin que nadie las empujara. Además las ruedas no estaban en el suelo, así que no sé cómo lo hacían.

Cuando todas las personas pusieron las cosas en ese lugar que estaba encima de nuestras cabezas, se sentaron y empezaron a atarse a sí mismas. Yo no quería que me ataran pero el hombre lo hizo a la fuerza. Aquello no me gustó nada, así que me enfadé y empecé a dar patadas. Cuando vi que no podía hacer nada porque no sabía cómo desatarme miré por una ventana pequeña y vi otro pájaro grande. Entonces supuse que nosotros estábamos dentro de uno. Al poco se empezó a mover. Después escuché un gran ruido, que me asustó, y vi por la ventana que se levantaba del suelo y empezaba a volar. Me caí hacia atrás en el asiento y empecé a llorar, tanto que me quedé dormido.

Cuando me desperté algunas personas seguían atadas y otras no. Yo quise, entonces, desatarme y en esta ocasión me dejaron, no sé por qué. Entonces empecé a correr de un lado para otro del pasillo, hasta que apareció una mujer empujando algo y sacando de allí comida. El hombre me dijo que me tenía que sentar y entonces no me importó hacerlo porque tenía mucha hambre. La mujer nos dio a todos una tabla con unas cajas que tenían comida dentro. Además, también había un pincho y dos cosas más que no sabía para qué servían. ¿Me obligarían otra vez a usar ese pincho para comer?

Había mucha comida, así que guardé un poco para cuando tuviera más hambre. El pincho venía en una bolsa, lo saqué y puse allí un poco de comida. Al principio me la quisieron quitar pero yo me puse a gritar y entonces me la dejaron. No la quise soltar en todo el tiempo por si acaso me la querían quitar otra vez. Hasta me dormí con la bolsa en la mano.

Un fuerte dolor de oídos me despertó y empecé a llorar. Entonces me dieron algo que era redondo y duro con un palo dentro, pero como yo no sabía qué hacer con eso, me acercaron la mano a la boca. Yo al principio me resistí porque no sabía qué era, pero cuando mis labios lo tocaron sentí que estaba dulce, así que me gustó y empecé a chuparlo, hasta que me lo metí definitivamente en la boca. Entonces me pareció que me dolían menos los oídos, con lo cual lo chupaba con más fuerza. El sabor era desconocido para mí, pero el hecho de que me dolieran menos los oídos cuando lo chupaba era motivo suficiente para seguir chupando y chupando cada vez con más fuerza.

De pronto, cuando más entusiasmado estaba con aquello en la boca que me quitaba el dolor de oídos, sentí un golpe debajo de mí que me asustó y al mirar por la ventana vi que el gran pájaro ya no volaba. Estábamos otra vez en el suelo.

Después de un momento todo el mundo empezó a desatarse a sí mismos. El hombre me ayudó a mí y la mujer a la niña. Todos nos pusimos de pie y, después de coger las cajas con ruedas de encima de nuestras cabezas, empezamos a andar. Pasamos por algo que parecía un tubo largo y estrecho y al final terminamos en una habitación más grande. Anduvimos un rato y llegamos a un lugar donde había muchas personas mirando al mismo sitio. Parecía una alfombra larga y estrecha. Al principio estaba quieta, pero al poco rato empezó a moverse y aparecieron las cajas grandes con ruedas. Todo el mundo las miraba muy atentamente. De vez en cuando alguien decidía coger una y se la llevaba y los demás no decían nada. A mí todo aquello me parecía muy raro, así que pensé que lo mejor sería darse prisa y coger una antes de que los demás se las llevaran todas y nos quedáramos sin ninguna, pero me agarraron del brazo en el momento que estaba intentando subirme encima para cogerla más fácilmente porque algunas eran muy grandes.

Entonces la mujer me agarró de la mano y, aunque yo me quería soltar, no pude porque me la sostenía con fuerza. En la otra mano tenía a la niña, pero ella no se resistía y me miraba sonriendo.

Finalmente el hombre decidió coger dos cajas con ruedas de las más grandes y las puso encima de una especie de carro. Después puso las más pequeñas y me quiso poner a mí encima de todo, pero yo me negué en redondo. No me fiaba de todo aquello. Empecé a corretear de un lado para otro y vino la niña, me tomó de la mano y me llevó de nuevo con ellos.

Cuando salimos de aquella gran casa otra vez se pusieron unos detrás de otros hasta que nosotros estuvimos los primeros. Entonces apareció un coche y metieron todas las cajas con ruedas dentro. Desde la ventana lo que vi me asustó. Había coches por todas partes y las casas eran tan altas que era imposible que no se cayeran. Lo que sí me gustó era que había muchas luces de colores.

De pronto el coche se paró y bajaron todas las cajas. Entonces entramos en una de esas casas altas y vi que había también una habitación de las que suben y bajan. Como las conocía, ya no me daban miedo. Al contrario, me encantaba tocar en la pared para que subiera y bajara, lo que ocurrió fue que una de las veces en vez de subir empezó a sonar un ruido muy fuerte que me asustó, no sólo a mí sino también a la mujer, al hombre y a la niña. Entonces aparecieron más personas. Una mujer mayor empezó a dar besos a la niña y quiso hacer lo mismo conmigo, pero yo salí corriendo porque a mí no me gustaba que me hicieran eso. También salió un hombre que sonreía y otro que parecía estar enfadado.

Cuando todos se fueron la habitación subió y cuando salimos había una puerta delante de la que pusieron las cajas grandes, las pequeñas, las bolsas y todo lo que traíamos. Metieron un pincho en la puerta y ésta se abrió. La niña salió corriendo hacia dentro. Yo me quedé afuera porque no sabía qué había dentro. Al final, cuando todo estaba en el interior yo también entré porque no me quería quedar fuera yo solo.

Busqué a la niña y la encontré mirando dentro de un lugar que tenía mucha comida. Antes de que pudiera desaparecer cogí varias cosas para guardarlas en la bolsa que todavía llevaba en la mano con la comida que me había sobrado cuando aquella mujer nos trajo las cajas, pero me las quitaban de las manos y las volvían a meter dentro. Me decían algo que yo no entendía y se iban, así que yo volvía a coger alguna comida y la volvía a guardar en la bolsa, así hasta que desistieron de quitarme las cosas.

Después empezó la misma historia de otras veces: me querían quitar la ropa y ponerme otra, pero yo me resistí. No me gustaba eso de cambiar de ropa antes de dormir. Ellos también lo hacían, pero parecía que les gustaba.

Lo peor fue cuando me dejaron solo en una habitación muy oscura donde había una cama. Querían que me acostara allí solo. Yo no entendía qué pasaba. Estaba muy cansado pero no me quería dormir por si se iban todos y me dejaba allí en aquel lugar que yo no conocía, así que empecé a llorar.

En la otra casa donde había tantos niños no servía de nada llorar porque nunca venía nadie, pero con ellos era diferente. Si lloraba venía alguno. Unas veces el hombre, otras veces la mujer e incluso a veces la niña. Así que me puse a llorar. No me costó ningún trabajo porque estaba muy asustado. El problema era que venían me decían algo que yo no entendía y se iban, así una y otra vez, hasta que la mujer decidió llevarme con ella a una cama grande. ¡Menos mal! Yo estaba acostumbrado a sentir a mi abuela cerca de mí por la noche y el contacto con el cuerpo de la mujer me tranquilizó. Entonces me dormí.