Si bien es cierto que no todos los niños y niñas adoptados tienen problemas escolares, hay ciertos factores de riesgo que hay que tener en cuenta en relación a este colectivo. En esta ocasión vamos a mencionar dos de los más frecuentes: la desnutrición y la escolarización tardía.
Gracias a los avances en Neuropsicología hoy sabemos que la desnutrición pre y postnatal puede ser considerada un factor de riesgo y un predictor de bajo rendimiento escolar, ya que en esas etapas una nutrición adecuada es fundamental para el desarrollo cerebral. Sin embargo es uno de los factores que menos se tiene en cuenta a la hora de buscar las causas del bajo rendimiento escolar de muchos niños procedentes de adopción internacional.
En un estudio comparativo realizado en Chile entre dos grupos de escolares con y sin desnutrición en el primer año de vida, los resultados mostraron que los escolares que sufrieron desnutrición tenían un coeficiente intelectual 25 más bajo y su rendimiento escolar equivalente a la tercera parte del que presentaron los escolares no desnutridos.
Las mejoras en la nutrición después de los dos años, no siempre supone una recuperación del potencial perdido. Según un estudio realizado con niños coreanos adoptados por familias americanas, aquellos que habían sido adoptados antes de los dos años mostraban comparativamente mejores puntuaciones en pruebas cognitivas que los niños adoptados más tardíamente
En el caso de niños y niñas adoptados a partir de los 5 años, cuya lengua materna fuera diferente, tendrían que aprender un promedio de 54 palabras nuevas todos los días con el fin de igualar las habilidades de comprensión del lenguaje de sus compañeros de 6 años. Además, mientras que el niño adoptado se está poniendo al día, sus amigos de 6 años, ya han añadido un promedio de 5.000 palabras a su vocabulario.
Hay que tener en cuenta que un niño o una niña de 6 años, con un entorno familiar y escolar adecuado, tiene un lenguaje expresivo (palabras que usa habitualmente) de unas 2.600 palabras y un vocabulario receptivo (palabras que entiende) de 20.000 a 24.000 palabras.
En resumen, es poco realista esperar que los niños mayores adoptados alcancen en un plazo de 1 a 2 años a sus compañeros en las competencias del nuevo idioma.
Si imaginamos el aprendizaje como un edificio en construcción, en los casos de desnutrición pre y/o postnatal y en los casos de escolarización tardía, se trata de un edificio donde faltan algunos ladrillos en la base, con lo cual pretender que se puede construir un edificio sólido es ilusorio porque los cimientos no son firmes. Por eso, aunque las familias les ofrezcan los mejores centros educativos y la mejores oportunidades, el resultado no es el que vemos en esta imagen.
Lo que más bien ocurre es lo siguiente: el edificio que se construye sobre esas bases poco firmes tiene grietas, orificios, desconchones, etc., que se traducen en dificultades para entender ciertos conceptos, problemas para entender lo que leen, desorganización, dificultades para memorizar, etc., con lo cual el edificio del aprendizaje no se sostiene pese a las horas y los esfuerzos invertidos.
Las posibilidades de revertir estos condicionantes adversos dependen en gran medida de las interacciones mutuas de varios factores, entre los cuales son fundamentales un diagnóstico precoz, una rehabilitación apropiada y de calidad por medio de programas que estimulen las funciones cognitivas deficitarias y un soporte psicosocial y afectivo adecuado, tanto por parte de las mismas familias como de la comunidad educativa.
Los siguientes programas que proponemos están especialmente diseñados para ayudar a solucionar estos problemas. Una de las razones que con mayor frecuencia exponen las familias para no utilizarlos, pese a que vean su utilidad, es la falta de tiempo para realizarlos, dada la gran cantidad de tareas que tienen que hacer por las tardes los escolares. Sin embargo, los esfuerzos realizados no tienen después unos resultados adecuados por la sencilla razón de que faltan los cimientos adecuados.
Ahora, con la llegada de las vacaciones, es una buena oportunidad para arreglar los cimientos. Realizar actividades durante unos minutos al día, puede ayudar a poner unos cimientos firmes en vez de pretender construir un edificio sin las bases cognitivas necesarias para que el edificio del conocimiento se sostenga.
Creemos que es importante que las familias y los centros educativos tomen conciencia de las consecuencias de la desnutrición y la escolarización tardía en el rendimiento escolar para no ser injustamente punitivos con estos menores. Es bastante duro pensar que han salido de una situación de injusticia social, económica o política para introducirlos en otro sistema de injusticia, en este caso, injusticia escolar porque, a veces, tanto las familias como los centros escolares desconocen los efectos de estas circunstancias en el aprendizaje. Lo cierto es que no siempre un rendimiento académico igual al resto de sus compañeros está dentro de sus posibilidades si no se usan las herramientas, los recursos y las ayudas adecuadas.