Marga Muñiz Aguilar
El Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal es un término paraguas usado para describir una serie de alteraciones conductuales, cognitivas, físicas y sociales como consecuencia de la exposición prenatal al alcohol.
Muchos menores, adolescentes y jóvenes con TEAF tienen dificultades con el sistema educativo porque este trastorno es bastante desconocido entre los profesionales de la enseñanza. El colegio o el instituto se convierte para ellos y sus familias, con diferencia, en la mayor fuente de estrés. Un muro, a veces insalvable, donde fracasa la mayoría, provocando en ellos grandes dosis de frustración, agresividad y baja autoestima.Cuando salen del sistema educativo, algunos llegar a caer en conductas delictivas. Y vuelta a empezar.
El sistema judicial (policías, jueces, fiscales y abogados) en la mayoría de los casos, tampoco conocen las particularidades de este trastorno. En este caso, en vez de expulsar del aula o del colegio, en vez de suspender al alumno/a, pueden llegar a cometer errores importantes a la hora de hacer un interrogatorio o dar un veredicto sobre una conducta potencialmente delictiva, pudiendo imponer penas privativas de libertad que, en muchas ocasiones provocan males mayores, ya que no se han tenido en cuenta las circunstancias del trastorno.
En primer lugar, algunas personas afectadas de TEAF tienen problemas con la ley debido a las carencias y limitaciones que caracterizan este trastorno.
– Les cuesta entender el concepto de propiedad.
– Tienen dificultades para gestionar el dinero.
– Para entender el principio de causa-efecto y, por tanto, las consecuencias de sus actos.
– Tienen tendencia a las adicciones.
– Pueden tener conductas sexuales inapropiadas.
– Les falla la memoria a la hora de relatar cómo han ocurrido los hechos.
– Son muy literales e inflexibles en sus planteamientos.
– Suelen ser fácilmente manipulables.
– Les cuesta entender conceptos abstractos.
– Tienen dificultades para procesar la información.
– Para planear, organizar y ejecutar una acción.
– Les cuesta entender y seguir normas e instrucciones.
– Tienen dificultades para aprender la hora y entender el concepto del tiempo.
– Tienen grandes problemas para encontrar trabajo y mantenerlo.
– En los casos más severos les resulta imposible llevar una vida independiente y autónoma.
En estas condiciones se puede decir que, generalmente, se encuentran bastante aislados socialmente porque les cuesta hacer amigos y, sobre todo, mantenerlos, ya que su edad cronológica no se suele corresponder con sus habilidades sociales, no tienen la misma capacidad para expresarse y para entender las interacciones verbales con sus iguales y con frecuencia parecen inmaduros para su edad, por lo que se suelen sentir desplazados, cuando no son objeto de burlas o bullying.
Sin embargo, todas estas circunstancias no se deben a una inmadurez de la persona, sino a una “dismadurez”.
La inmadurez es la habilidad para conducirse de una manera consistente con la edad cronológica y no hacerlo porque no quiere. La dis-madurez significa no tener la habilidad para actuar de forma madura. No se trata de que no quieren, sino de que no pueden. En estas condiciones, cuando tienen conductas potencialmente delictivas no deberían ser juzgados de la misma forma, porque en ese caso se está criminalizando la dis-capacidad, es decir, se les estaría haciendo culpables de la falta de capacidad para hacer las cosas de manera adecuada.
Y ellos no son realmente los culpables sino las víctimas. Víctimas del consumo de alcohol durante su gestación. Algo en lo que la justicia sí debería intervenir, ya que se trata de la primera forma de maltrato, el maltrato que se produce en la vida intrauterina.
Esto es algo que el Lobby de las empresas fabricantes de bebidas alcohólicas trata de invisibilizar, porque lo que no se ve no existe. Hacen campañas para recomendar el “consumo responsable”, concepto que la Organización Mundial de la Salud rechaza como inconsistente, ya que el alcohol es una droga; hacen campañas sobre los riesgos de beber si se va a conducir, fomentando la figura del conductor alternativo; hacen “campañas educativas” en centros escolares para evitar el consumo de menores, algo que parece loable, pero que claramente no funciona, a la vista de los atracones de fines de semana y calificado de totalmente ineficaz por los especialistas; pero NO hacen campañas para hablar de las consecuencias nefastas del consumo de alcohol durante el embarazo. Lo mencionan entre los colectivos de riesgo que no deben consumir alcohol, pero no explican en profundidad qué riesgos se asume al consumir alcohol durante el embarazo. Y mientras tanto, el sistema judicial,está criminalizando a las víctimas de esa falta de información.
Cuestiones a tener en cuenta por el sistema judicial
* La policía y todas las partes intervinientes en un juicio deben tener en cuenta que las personas con TEAF tienen problemas de atención y de concentración, así que es importante usar un lenguaje simple y directo, con repeticiones frecuentes y de una manera cercana. Es la forma de obtener mejores resultados para averiguar qué ha ocurrido.
* Es igualmente importante explicarles desde el principio en qué va a consistir el interrogatorio, qué tipo de preguntas le van a hacer, qué posibles respuestas puede dar, etc. porque en caso contrario se puede mostrar agresivo, inconsistente o inaccesible.
* Se debe evitar hacer varias preguntas en la misma frase, hacerlas a bocajarro y en cascada, etc. porque bajo presión se pueden mostrar tozudos, frustrados e irritables, con lo cual pueden tener conductas que se pueden interpretar como de rebeldía o culpabilidad, cuando en realidad se muestran así por la ansiedad que les provoca la situación.
* Debido a los problemas de comprensión del lenguaje que presentan se les debe pedir que repitan con sus propias palabras aquello por lo que se le está preguntando, para asegurarse de que están entendiendo las preguntas.
* Se les debe hacer una sola pregunta cada vez, usando un lenguaje concreto y específico, ya que tienen dificultades para entender conceptos abstractos y para hacer inferencias o deducciones de una situación determinada.
* Se le deben hacer preguntas con respuestas abiertas para evitar que contesten “Sí” o “No” de manera irreflexiva, sin saber qué están afirmando o negando.
*Debido a los problemas de memoria que tienen suelen rellenar las partes que han olvidado con relatos inventados. No tienen la intención de mentir sino de completar de alguna forma aquello que no recuerdan, por lo que hay que tener presente esta circunstancia a la hora de interrogarles.
*Son muy influenciables por lo que pueden hacer falsas confesiones cuando se les presiona en los interrogatorios, tanto por parte de la policía como de fiscales, jueces y abogados.
* Tienden a repetir delitos de oportunidad, como el robo en tiendas. Su proceso de pensamiento es: “Yo lo quiero, yo lo cojo” porque tienen problemas con el concepto de propiedad y con la capacidad para posponer la gratificación.
* A causa de su discapacidad las personas con TEAF pueden repetir el mismo error muchas veces porque les cuesta entender las consecuencias de sus actos. Por tanto, el apoyo para mejorar sus capacidades puede ser más efectivo que el confinamiento en centros de reforma o en la propia cárcel si son ya mayores de edad.
* Debido a que les gusta complacer a otros, a veces pueden cometer delitos para ser aceptados por el grupo y después pueden firmar confesiones sin entender lo que están haciendo.
*Cuando están en confinamiento pueden tener problemas para entender las normas, cumplir con los horarios, etc., por lo que rompen con frecuencia las reglas. Necesitan una supervisión para cumplir con estos requerimientos en vez de más sanciones por no cumplirlas.
* El TEAF no excusa la conducta, pero explica su conducta en el contexto del daño cerebral que padece.
*El TEAF debería ser considerando como un factor atenuante y se deberían buscar alternativas al internamiento en centros de reforma o la cárcel.
* Es importante buscar un abogado que esté familiarizado con el TEAF o que esté dispuesto a saber en qué consiste el trastorno.