Un teratógeno es un agente capaz de causar un desarrollo anormal del embrión o el feto, provocando un defecto congénito. La exposición a un teratógeno ocasiona aproximadamente del 4 al 5 por ciento de los defectos congénitos.
Generalmente se trata de algo que forma parte del ambiente al que está expuesta la madre durante la gestación. Puede ser un medicamento recetado, el tabaquismo, una drogodependencia, una enfermedad de la madre, exposición prenatal a contaminantes ambientales o el consumo de alcohol.
De todos los teratógenos que se consumen de forma habitual, sin duda, el alcohol es el que mayores daños provoca en el feto, aunque socialmente su consumo sea más aceptado que , por ejemplo, el tabaco.
Se han llevado a cabo muchas campañas para evitar los efectos del consumo de tabaco en espacios públicos, se ha prohibido fumar en espacios cerrados, se han puesto etiquetas en las cajetillas de tabaco indicando que su consumo puede matar, se han reclamado los derechos de los no fumadores a no inhalar el humo de los fumadores, se ha desarrollado el concepto de «fumador pasivo», precisamente para reclamar el derecho a un espacio libre de humos para aquellas personas que no fuman, etc. de forma que hoy día fumar en presencia de menores, de no fumadores, o en espacios cerrados, está reprobado socialmente, cuando no directamente prohibido por la ley.
Sin embargo, en el tema del consumo de alcohol durante el embarazo, siendo que los efectos nefastos que provoca son peores que los del tabaco y además son de por vida, no existen campañas para evitar su consumo, todavía no es obligatorio que las empresas coloquen en el etiquetado advertencias del peligro de su consumo durante el embarazo y cuando existen son tan pequeñas que apenas se distinguen.
Sí existen campañas para prevenir el consumo de alcohol cuando se conduce, también las hay en relación al deporte o a menores, pero no se hacen campañas de difusión para evitar su consumo durante el embarazo, siendo que es la segunda causa de retrasos en el neurodesarrollo en la Unión Europea, después del Síndrome de Down. Es, además, la única causa cien por cien evitable.
En el siguiente gráfico se pueden apreciar los efectos del consumo de alcohol durante el embarazo frente a otras sustancias tóxicas, algunas de las cuales se suelen considerar como más peligrosas que el alcohol desde una perspectiva social.
Generalmente se suele considerar que el consumo de alcohol durante el embarazo sólo produce efectos dañinos si se consume en grandes cantidades. Sin embargo, en el siguiente cuadro podemos observar cómo, según la Organización Mundial de la Salud, no hace falta consumir grandes cantidades para provocar daño en el feto.
Es evidente que las empresas de bebidas alcohólicas no tienen interés en invertir dinero en hacer campañas para que no se consuma el producto que fabrican, pero también es evidente que la Administración tiene que velar por la salud de los ciudadanos y el tema del consumo de alcohol durante el embarazo es una cuestión de Salud Pública, así que instamos al Gobierno y al Ministerio de Sanidad, Seguridad Social e Igualdad a que emprendan medidas, como se hizo con el tabaco, para proteger a los bebés no nacidos del consumo de alcohol durante su gestación, ya que en ese caso se convierten en «bebedores pasivos». La cantidad de alcohol que recibe el bebé es la misma que ingiere la madre, ya que pasa directamente a través de la placenta.
Por otra parte, es importante que la sociedad en general tome conciencia de que el consumo de alcohol durante el embarazo es un problema con graves consecuencias para el bebé. No es sólo una cuestión de la mujer embarazada. El consumo de alcohol está muy generalizado en celebraciones de todo tipo: familiares, de amigos, de trabajo, etc. y el llamado consumo social también afecta al feto. No hace falta ser una mujer alcoholizada para dar a luz un bebé con Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal, que en su espectro más grave, el Síndrome Alcohólico Fetal, provoca alteraciones tan graves que las personas que lo padecen nunca llegaran a tener una vida autónoma e independiente.
Es tarea de la Administración y de toda la sociedad crear un entorno saludable para la mujer embarazada, igual que se hace con el tabaco, creando campañas institucionales para informar y prevenir el consumo de alcohol durante el embarazo porque si la mujer embarazada bebe, su bebé también bebe.