ENTREVISTAS TOLERANCIA CERO

Tolerancia Cero en su afán por llevar información precisa y de calidad a las familias y profesionales ha creado su propio canal de Ivoox, una plataforma que  permite escuchar cuando y donde quieras aquella información que te puede ayudar a mejorar en la educación y crianza de tus hijos o de los menores con los que trabajas.

Simplemente tienes que descargar la aplicación en tu móvil y empezar a disfrutar de las entrevistas que realizamos a especialistas de distintas disciplinas. Te pasamos el enlace para descargar la aplicación:

https://www.ivoox.com/_ik_descarga-app_1.html

Nuestra primera entrevistada es  Rosa Fernández, profesora de Neuropsicología de la Universidade da Coruña, que nos habla de las huellas que dejan en el cerebro las experiencias tempranas. Estas huellas van a conformar nuestra personalidad, nuestra forma de aprender, la forma de gestionar los problemas que se nos presenten a lo largo de la vida, etc.

 

 

Rosa aúna de una manera muy didáctica su experiencia como profesional y como madre de tres hijos nacidos en la República Democrática del Congo. En esta entrevista nos transmite de forma fácil y accesible conocimientos complejos sobre el funcionamiento del cerebro, aplicándolo a situaciones de la vida cotidiana. Podéis acceder a la entrevista pinchando sobre el título: el impacto de la adversidad temprana en el presente y en el futuro de nuestros hijos.

En esta entrevista se menciona un artículo sobre la medicación con metilfenidato a niños diagnosticados de hiperactividad. Aquellas personas que tengan interés en leer el artículo pueden solicitarlo en info@toleranciacero.org.es

 

EL IMPACTO DE LA ADVERSIDAD EN LA INFANCIA TEMPRANA

 

El periodo comprendido entre la gestación y los primeros 5 años de vida se conoce como infancia temprana. Es el período más intenso de desarrollo cerebral de todo el ciclo de vida, y por tanto la etapa más crítica del desarrollo humano. Lo que ocurre antes del nacimiento y en los primeros años de vida marca la vida humana posterior. Aunque los factores genéticos inciden en el desarrollo del niño, las pruebas indican que el ambiente tiene una gran influencia en la infancia temprana, de manera que los sucesos traumáticos que ocurren durante esta etapa pueden conllevar graves alteraciones en el desarrollo ulterior.

Cuando los menores de 5 años experimentan experiencias traumáticas o son testigos de eventos traumáticos, con frecuencia se piensa que son demasiado pequeños para entender y que, por tanto, no hay necesidad de tener en cuenta estas experiencias en su futuro. Sin embargo, las investigaciones demuestran que los niños pequeños se sienten afectados por acontecimientos traumáticos, incluso aunque no entiendan lo que está ocurriendo.

Estas experiencias traumáticas pueden ser el resultado de violencia intencional, tanto en la vida intrauterina (por ejemplo, cuando una mujer consume durante la gestación del bebé sustancias tóxicas: alcohol, drogas o tabaco), como una vez nacidos, en forma de negligencia, abandono físico y emocional, abusos sexuales, violencia doméstica, etc. En la infancia temprana también se pueden vivir experiencias traumáticas como resultado de desastres naturales o accidentes. Los niños pequeños también pueden experimentar estrés traumático debido a procedimientos médicos dolorosos o la muerte repentina del cuidador/a principal o un miembro de la familia.

Los niños que han sufrido estrés traumático en su infancia temprana, posteriormente suelen tener dificultades para regular sus conductas y sus emociones. Pueden mostrarse muy dependiente y temerosos ante nuevas situaciones, asustarse fácilmente, ser difíciles de consolar y/o suelen ser agresivos e impulsivos. También pueden tener dificultades para dormir, olvidan destrezas recién aprendidas y muestran regresiones en algunas conductas.

El siguiente diagrama muestra cómo la edad cronológica y la edad de desarrollo de un joven que ha sufrido alguna forma de adversidad en su vida intrauterina o en su infancia temprana pueden variar drásticamente de un momento a otro, de manera que puede tener 18 años de edad real, capacidad lectora propia de 16 años y habilidades de lenguaje de un joven de 20 años, pero se muestra como un niño de 7 años en habilidades sociales, su nivel de autonomía personal puede ser la propia de un niño de 11 años, tener un dominio del tiempo y del dinero de 8 años y una madurez emocional de un niño de 6 años.

Así, determinados comportamientos que pueden parecer muy extraños para su edad actual, por su contenido e intensidad, no están relacionados con el hecho presente que está ocurriendo en esos momentos, sino con la memoria traumática almacenada, que se manifiesta a través de esa conducta.

Ante la adversidad hay tres reacciones típicas: la huída, el bloqueo y el ataque. Son tres mecanismos de defensa que aprendieron desde muy pequeños como reacción al sufrimiento que estaban experimentando en esos momentos y que posteriormente continúan usando aunque haya desaparecido ese ambiente hostil.

Es por esto que algunos menores que han sufrido adversidad temprana huyen o se esconden ante el conflicto; otros se bloquean, no son capaces de ver, de escuchar, porque se han desconectado de la situación; otros, finalmente, se transforman ante esa situación conflictiva y reaccionan de forma agresiva, descontrolada, sin relación entre el estímulo que han recibido y la respuesta que dan.

Hay que saber identificar estos tres mecanismos de defensa que usaban cuando necesitaban sobrevivir en la institución donde estaban o en su familia biológica cuando había gritos, violencia, negligencia, malos tratos, etc. Son tres sistemas de alarma que hay que aprender a reconocer porque en esos momentos el niño se está defendiendo, se está protegiendo, está pidiendo ayuda, no está atacando al cuidador/a actual. Está conectando con su pasado. Cuando el niño agrede, insulta, etc. no está agrediendo a esa persona concreta. En esos momentos lo importante es que la persona adulta entienda esto y esté lo más calmada posible para poderle calmar al menor.

Para estar calmado y poder calmar es importante aprender a interpretar de manera adecuada las conductas agresivas, los insultos, etc. Entender que aunque el niño lleve tiempo con la familia adoptiva muchos de sus comportamientos no se deben a que la familia no lo esté haciendo bien, sino que la causa real es el daño residual que el niño tiene todavía. Decirles que entendemos su enfado, su furia, su rabia, etc. es una forma de ayudarle a contenerse. En cambio, si le gritamos, si le castigamos, no le estamos ayudando. Mandarle a su habitación o expulsarle de clase hasta que se calme no ayuda porque lo que necesita es que estemos con él/ella, no alejándole de nosotros. Ellos suelen tener un concepto negativo de sí mismo con lo cual su autoestima empeora de esa forma. Necesita un adulto consistente y constante, que las veces que haga falta, le muestre que ya no necesita usar esos mecanismos de defensa.

Tener esta información es fundamental para no tener expectativas y demandas, tanto cognitivas como de comportamiento, que pueden estar fuera de sus posibilidades si no se les ofrecen las herramientas o los recursos necesarios para alcanzarlas.

Por eso, para atender las necesidades específicas que tienen de una manera más eficaz es importante promover la comprensión y la empatía, en vez del juicio y la frustración. De esta forma se estará mejor equipado para tener éxito en los retos de aprendizaje y en los problemas de conductas que presentan aquellos menores que han sufrido algún tipo de adversidad temprana.

Marga Muñiz Aguilar

 

 

¿Te resultan familiares estas conductas?

 

Desde la comodidad de tu propio hogar, despacho profesional o cualquier otro sitio estarás conectado/a a otras personas que están viviendo tus mismas experiencias como padres y madres.Nos proponemos terminar con ese sentimiento de soledad del que hablan muchas familias al no poder compartir sus experiencias con familiares y amigos, que generalmente les acusan de ser demasiado blandos,  consentirles demasiado o simplemente  estar haciéndolo mal. Este será un espacio libre de juicios, donde aprenderemos a entender  que les pasa a las personas que sufren TEAF y otros trastornos como TA, TDAH, etc. y cómo  ayudarles mejor. La sesión estará moderada por Marga Muñiz Aguilar,  Orientadora Educativa, Logopeda y Terapeuta Familiar, con una larga experiencia en el tratamiento de estas conductas.

Para tener acceso a la sesión virtual no se requieren conocimientos técnicos de ningún tipo. Simplemente un ordenador, tablet o móvil  y  conexión a internet.

Fecha: 27 de Octubre 2017

Hora: 18:00 h.

Socios: gratis

No socios: 10€

Inscripción en info@toleranciacero.org.es

Nº de cuenta ES52 2100 7777 74 0200072118

Podéis enviar preguntas con antelación al correo consultas@toleranciacero.org.es o hacerlas directamente en la reunión.

La sesión será grabada para aquellas personas que no puedan participar en directo o quieran volver a verla con posterioridad.

Os esperamos.

CONDUCTAS TÍPICAS DEL TEAF QUE SUELEN SER MALINTERPRETADAS

 

 

Vivir con un niñ@, adolescente o joven con Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal es a veces bastante complicado debido a algunas de sus conductas: se pueden mostrar rebeldes, desafiantes, tozudos, les cuesta aprender de sus errores, son desorganizados, no existe el tiempo para ellos, se les olvida lo que aprenden…pero no siempre estas conductas son lo que parecen, por eso no suelen funcionar los sistemas tradicionales de premios y castigos para evitarlas, lo cual provoca un gran desgaste emocional en las familias.

¿A qué responden, entonces? ¿Cómo debemos interpretarlas? ¿Qué sistemas hay que usar para evitarlas?

Sobre éstas y otras muchas cuestiones hablaremos el próximo día 27 de Octubre de 18:00 a 19:00 h. en la primera reunión virtual de apoyo emocional para socios y socias de Tolerancia Cero. La idea es que  te lo plantees como un tiempo para hacer un alto en el camino de las tareas de cada día, tomarte un café o un té en buena compañía y renovar las fuerzas para seguir adelante.

Desde la comodidad de tu propio hogar, despacho profesional o cualquier otro sitio estarás conectado/a a otras personas que están viviendo tus mismas experiencias como padres y madres. Nos proponemos terminar con ese sentimiento de soledad del que hablan muchas familias al no poder compartir sus experiencias con familiares y amigos, que generalmente les acusan de ser demasiado blandos,  consentirles demasiado o simplemente  estar haciéndolo mal. Este será un espacio libre de juicios, donde aprenderemos a entender  que les pasa a las personas que sufren TEAF y cómo poderles ayudar mejor. La sesión estará moderada por Marga Muñiz Aguilar, Presidenta y Directora de Proyectos de Tolerancia Cero. Marga es Orientadora Educativa, Logopeda y Terapeuta Familiar especialista en TEAF.

Para tener acceso a la sesión virtual no se requieren conocimientos técnicos de ningún tipo. Simplemente un ordenador, tablet o móvil  y  conexión a internet.

Socios: gratis

No socios: 10€

Inscripción en info@toleranciacero.org.es

Nº de cuenta ES52 2100 7777 74 0200072118

Podéis enviar preguntas con antelación al correo consultas@toleranciacero.org.es o hacerlas directamente en la reunión.

La sesión será grabada para aquellas personas que no puedan participar en directo o quieran volver a verla con posterioridad.

Os esperamos.

 

SESIONES GRABADAS DE LAS I JORNADAS VIRTUALES DE TEAF

 

 

 

I JORNADAS VIRTUALES TEAF

Para todas aquellas que no pudieron participar en directo, ofrecemos grabadas las dos sesiones. Se han inscritos entre las dos jornadas casi 500 personas (familias afectadas,  profesionales de la enseñanza, de la sanidad, de la psicología, profesores de Universidad, estudiantes,etc.). Estamos seguros de que esta primera actividad de Tolerancia Cero, en colaboración con La Escuela Andaluza de Salud Pública y la Escuela de Familias Adoptivas, Acogedoras y Colaboradoras, ha contribuido a difundir información, herramientas y estrategias para gestionar de una manera adecuada los problemas y dificultades que viven cada día los niños, adolescentes y jóvenes afectados por el Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal.

Tenéis más información sobre Tolerancia Cero, sus objetivos y los servicios que ofrece a sus socios (grupos de apoyo emocional, servicios de consultoría educativa, sanitaria, judicial, psicológica, etc.) pinchando aquí

Damos la gracias a los y las ponentes que han participado de forma altruista y desinteresada, así como a todas las personas que han asistido, que nos han enriquecido con sus preguntas y observaciones, a las que han escrito pidiendo más información, la Guía Educativa, etc. Esta respuesta y la necesidad que existe de información y formación nos ha impulsado  a organizar la siguiente actividad, que os adelantamos tendrá como protagonistas al sistema educativo y a los profesionales de la enseñanza. Os esperamos.

¿SIEMPRE ES TDAH?

 

Hoy día el diagnóstico de niños y niñas con TDAH constituye un fenómeno muy generalizado en países desarrollados. Se trata de una verdadera “epidemia”, tal como lo demuestran las cifras cada vez más altas de venta de medicamentos administrados para su tratamiento.

Sin embargo, cada vez hay más profesionales que denuncian que el denominado Trastorno de Atención con Hiperactividad es un constructo, es decir, una hipótesis de trabajo de difícil definición, que no cuenta con bases científicamente fundadas y, en consecuencia, mucho menos se justifica como diagnóstico para la prescripción de sustancias psicotrópicas.

En cualquier caso sería conveniente tener presente el informe que emitió en 2010 el Comité de Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas, en el que manifestó expresamente su preocupación por la hipermedicación a la que se estaba sometiendo a los niños españoles en edad escolar.

Y esto es así porque, en realidad, el TDAH se ha convertido en un cajón de sastre donde se mete a todos aquellos niños que tienen problemas para aprender y que, por lo tanto, se muestran inquietos y distraídos, sin tener en cuenta que detrás puede haber situaciones estresantes. Pocas veces se tiene en cuenta que detrás de la dificultad de algunos niños para concentrarse o para controlar su impulsividad puede haber situaciones tales como divorcio, emigración, violencia doméstica, período de adaptación tras una adopción, etc., e incluso, simplemente, la vorágine de la vida actual.

Muchas veces, al no poder gestionar adecuadamente la angustia que estas situaciones les provocan se muestran desatentos y desmotivados, o las descargan compulsivamente y es entonces su cuerpo el que habla por ellos.

En el caso de menores adoptados hay que tener en cuenta una serie de circunstancias antes de diagnosticar un trastorno como el TDAH.

En primer lugar, cuando la madre biológica ha ingerido teratógenos (alcohol, drogas y tabaco) o no se ha nutrido adecuadamente durante el embarazo, el sistema neurológico del feto no se ha desarrollado en las condiciones adecuadas, provocando déficits que aparecerán posteriormente en la infancia, adolescencia y juventud e impedirán, en los casos más graves, llevar una vida autónoma durante la edad adulta. Muchos de estos comportamientos tienen puntos en común con la hiperactividad, pero son de un calado más profundo y una trascendencia mayor, ya que, en ocasiones, se deben a trastornos  neurológicos irrecuperables. En el caso del consumo de alcohol durante la gestación estaríamos hablando del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF).

En segundo lugar hay que tomar en consideración que la institucionalización produce, dependiendo de la duración y la calidad del tiempo de permanencia en el orfanato,  dificultades en la autorregulación de la conducta, que se puede traducir en precipitación, impulsividad, dificultades para esperar turnos, conductas agresivas, falta de hábitos sociales, etc.

También hay que tener en cuenta que la adaptación tras la adopción es un proceso complejo, en el que, a veces, se puede sentir desorientado, inquieto, excitado, pudiéndose mostrar incluso provocativo.

Se puede tratar también de situaciones de duelo no resueltos en relación a su familia biológica, su lengua o su cultura de origen, problemas de vinculación con su nueva familia, miedo a un nuevo abandono, etc. que pueden manifestarse a través de conductas disruptivas, problemas de atención, conflictividad con las figuras de autoridad, etc.

Por estas y otras muchas razones, antes de patologizar al menor, conviene orientar a la familia y darle recursos para enfrentar estas situaciones que pueden estar desbordando al niño/a.

También sería importante hacer un abordaje de los problemas de conducta desde un punto de vista cognitivo y no a través de un programa basado en el principio de recompensas y castigos, ya que a estos niños no les falta motivación para controlar sus impulsos, sino la habilidad para hacerlo. El abordaje cognitivo parte de la base de que el niño no se porta bien porque no puede, con lo cual la solución se centra en capacitarlo para que lo consiga, en vez de castigarlo por no conseguirlo.

También nos deberíamos preguntar cómo influye en los problemas de aprendizaje el vértigo de la vida cotidiana que nosotros mismos como sociedad estamos propiciando, porque el niño no es el único actor en el proceso de aprender.

Padres y madres desbordados por la dificultad de conciliar la vida familiar y laboral; niños y niñas a cargo de múltiples cuidadores con criterios educativos diferentes; profesores superados por alumnos que no respetan su autoridad; un medio ambiente en el que la palabra ha ido perdiendo valor frente a estímulos visuales de tiempos breves y rápidos a los que los niños se van habituando desde muy pequeños con los video-juegos, los ordenadores, la televisión, etc., donde los mensajes suelen durar unos segundos, mientras que en la escuela la actividad está centrada en la escritura y la lectura, que requieren tiempos lentos y pausados.

Todos estos hechos no son ajenos al aumento de niñas y niños inquietos, desatentos y desmotivados, por lo que antes de patologizarlos con un diagnóstico de TDAH habría que plantearse si algunas de estas circunstancias no están detrás de sus comportamientos.